UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

Sábado, 15 de diciembre de 2018. 

A 159 días de las BODAS DE ORO 

 

                                                                                VA DE ADIVINANZA 

                    UN BUEN EQUIPO, CON UN BUEN ENTRENADOR, UN BUEN PREPARADOR FÍSICO Y UN PRESIDENTE PESETERO

 

                     Omito nombres de personajes protagonistas, de entidad y de actividad a realizar por este importante y anónimo grupo, merecedor de reconocimiento y premio. Juguemos a adivinar de quién se escribe, juguemos a dar al Cesar lo que es del Cesar, juguemos a descubrir quienes se esconden tras estas sencillas y sinceras palabras. 

 

                    Que bien se hacen las cosas y que bueno es el resultado final, cuando se cuenta con un plantel de buenos trabajadores. Que grato es el trabajo cuando en el hacer cotidiano sobra el interés personal y priva el generoso altruismo. Que fácil resulta hacer en un buen ambiente de camaradería desinteresada. Qué bueno si todas las empresas funcionaran bajo estos parámetros de armonía y convivencia. 

 

                     El hacer por los demás es, por si, digno de reconocimiento; más si el hacer es desinteresado, es digno de alabanza y premio. Y saben ustedes cual es el mejor premio para este grupo de generosos “descarriados”, la alegría del deber cumplido, el valor de los pequeños milagros, la iluminación de los rostros de los más pequeños, la gratitud reflejada en las caras de los mayores. Premios gratuitos y gratificantes, pagas inmateriales, sueldos metafóricos, nómina para los escogidos. 

 

                     En el Viso existe un grupo de esta especial tipología. Felicitémonos por ello. ¿Cómo andamos en la investigación? ¿Estamos en el buen camino de adivinar a quién o quiénes nos referimos? 

 

                     Este reducido grupo de anónimos trabajadores cuenta, utilizando símiles futbolísticos, con un buen  

 entrenador, incansable, buen profesional y sabio en sus planteamientos y un buen preparador físico, duro de pelar y de cabeza, enamorado de su papel de coordinador mayor del reino y, como no podía faltar, un presidente algo pesetero que mira demasiado por la economía de la entidad, olvidando, en ocasiones, peticiones lógicas de los trabajadores.  A pesar de esto último, la entidad funciona y, para este modesto escribano, merece que los visueños adivinen a quien nos referimos y los premien como se merecen.