(Cumplemés de Ángel)
A 198 días de las BODAS DE ORO
CADA DÍA ES UN CRECER
Un día me siento y me mantengo sentado; otro, atino a coger todo lo que se me pone por delante y derechito a la boca, que lo demandan los primeros dientes; otro, me inicio en el gateo, aunque sea, como en nuestro Ángel, para atrás; otro, aprendo a distinguir a los míos y a los extraños y manifiesto con risas y llantos mis preferencias; otro, me engancho a la tele y pronto, antes de los esperado, a los móviles; otro, paso de la leche materna a la probatura de nuevos alimentos, y así voy poco a poco creciendo hasta convertirme en niño grande.
Y lo bueno de ello es que no soy consciente de mi crecer, de mis transformaciones imparables y que sin darme cuenta pronto empezaré a ponerme de pie, a caminar y hasta correr. ¡Vaya tela!
Y los abuelos, siguen que siguen tus pasos, tu crecer, comprobando como te haces “mayor” y disfrutando de tu gratificante metamorfosis.
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