viernes, 17 de febrero de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Jueves, día 8 de junio

        MÁS APARATOS BUCALES. LA HISTORIA DE NUNCA ACABAR

         A Daniel se le movía su aparato y aunque no teníamos que ir al dentista por él, después de arreglarle su problema, decidieron que era mejor ponerle otro aparato, ahora de quita y pon y sólo para las noches y que la próxima semana podría estrenarlo. Y ya nos metemos en el cuarto; vamos, que perdimos la cuenta. A mí me está dando la impresión que acudir a un dentista es como buscar un albañil para que te arregle un desconchón o te haga una obra menor en casa, pues cuando te vienes a dar cuenta con el “ya que está aquí” puedes terminar con un hogar casi nuevo o por lo menos distinto, amén de gastarte un pastón.

        A Alejandro, para el que fuimos también a la consulta, no pudieron hacerle nada, ya que tenía la boca llena de llagas; así que de aparatos hasta la próxima semana ni hablar y es al que más falta le hace. Menos mal y el que no se consuela es porque no quiere, que la visita la aprovechamos para el otro. Y es que esto de tenerlos repetidos, como pensaría y diría el mismísimo Gila, a veces es muy socorrido. De tal forma que si llevas a uno enfermo y el médico no puede curarlo, le llevas al otro y te lo deja estupendamente.

         Bromas aparte, el problema se  acabará, o esta historia, cuando sean ellos los que decidan.

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