miércoles, 1 de febrero de 2023

365 Y UNA POESÍAS ( 2004 - 2005 )

277 .- EL LOQUILLO FEBRERO

        Los locos están reunidos,
buscan una gran mascota,
algo que los diferencie
de augustas cuerdas personas.

        Todos los allí presentes,
de manera jubilosa,
lanzan al viento solano,
viento de la gente loca,
sobre papeles escritos,
el nombre de cualquier cosa,
animales, rocas, plantas,
números, palabras rotas,
herramientas, aparatos,
guantes, zapatos y botas,
uniformes, baratijas
y toda clase de ropa.

        Todo lo dicho se guarda
en una enorme pelota, 
tejida con las locuras
de la gente que está loca.

        La pelota va creciendo,
crece y crece la pelota,
tragándose con fiera ansia
lo que se acerca a su boca.

        La pelota ya no admite
ni la más pequeña mota.    

        Con sólo una palabrita,
va, la pobre, y explosiona,
se rompe por todos lados,
estalla como una bomba,
esparciendo sus entrañas
por encima de las chorlas
de aquellos locos que buscan
encontrar una mascota.

        Y ahora viene lo bueno,
la mayor locura loca,
el más grande de los locos,
ha de elegir la mascota,
de los papeles que vuelan
como chifladas gaviotas.

        No puede emplear las manos,
sí, los dientes de su boca.

        Dando bocados al aire,
al aire, un papel le roba,
en el que aparece escrito,
con curiosas letras locas,
el nombre y los apellidos
de la futura mascota.

        Nadie puede imaginar
a quién, este honor le toca,
hasta que el sabio más loco
con voz serena y chillona
anuncia a los cuatro vientos
el nombre de la mascota,
que ha recaído, esta vez,
para complacencia y gloria,
en el loquillo Febrero,
al que los locos adoran.

                                            El Viso del Alcor, 1 de Febrero de 2023

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