Domingo, día 19 de marzo
NOSTALGIA DE LA SEMANA SANTA
DE MI NIÑEZ
Antaño se vivía la Semana Santa de otra manera y bien
distinta, lo que no sabría decir si esto era mejor o peor; pero era evidente
que el sentimiento religioso me parecía mayor - circunstancias aparte - , por lo menos
así lo creo.
Si en estas fechas se pretendía un mayor acercamiento a
La Pasión de Cristo y a su Resurrección, aunque algunos lo entendieran que por
decreto de la Iglesia, o se pretendía una mejor reflexión acerca de este hecho
que cambió el rumbo de la humanidad, es evidente que se conseguía mucho mejor
que ahora.
La
ausencia, por ejemplo, de todo tipo de espectáculos, incluso de la mera música,
que no fuera religiosa, el recorrido de las estaciones de penitencia, que en el
caso de Melilla, suponía casi visitar todas las iglesias de la ciudad, que no eran
demasiadas, los desfiles procesionales que comenzaban con el júbilo de la
Pollinica, con miles de sencillas o muy laboradas palmas importadas de la misma
población de Elche y que terminaban con el encuentro triunfal de la Madre con
el Hijo Resucitado en la Plaza de España. La extraordinaria cabalgada de la
Hermandad del Real hasta el centro de Melilla, que hacía su descanso casi a las
puertas de nuestra casa. El Silencio que nos impresionaba a la chiquillería.
Las tracas y el ruido de las latas arrastradas por las calles tiradas de una
cuerda celebrando la Resurrección del Señor, el sonar de las sirenas de todos
los barcos que por entonces eran muchos a dúos con el repique de las campanas
en el sábado de Gloria. Las torrijas y las monas de Pascua. La Pasión del Señor
más sentida…
Y así, se nos fue algo que ya sólo quedará en el más vago
recuerdo.
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