jueves, 24 de noviembre de 2022

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Jueves, día 16 de marzo

                                                    LA IGLESIA ABARROTADA


                Nadie se engaña al reconocer que nuestro cristianismo en líneas generales es demasiado endeble y que hasta la liturgia, los actos religiosos, cada día nos atraen menos, y ello lo evidencia el que la iglesia la mayoría de las veces ofrece un aspecto desolador en cuanto al número de feligreses que la visitan. Sin embargo, hay dos ocasiones en que la gente acude en número importante, en las misas de difuntos, no solamente cuando el finado es bastante conocido, sino también en razón directa a la tragedia que envuelve a su muerte; y también en ocasiones como las de hoy, en la Función Mayor de una de las cofradías procesionales que salen de penitencia en Semana Santa. Por eso decía lo de la endeblez, ya que si nuestro cristianismo sólo se refiere a acordarse de los muertos o de recordar sin más la muerte de Cristo en lo que de folclore tiene, sin trasladarlo a una norma cotidiana de vida, a una forma de vivir, mejor es no considerarlo siquiera como tal.

                  Lo peor de todo es que no pocas de las personas que asisten a estos actos religiosos lo hacen más por cuestión social que por religiosidad y con la mala costumbre de casi estar ajenas a la celebración. ¿Sirve por tanto que la iglesia se llene por estos dos motivos señalados anteriormente y de esta manera o es preferible que haya menos gente, pero sincera y auténticamente cristiana?

No hay comentarios:

Publicar un comentario