Miércoles, día 8 de marzo
HACÍA AÑOS QUE NO LE
HABLÁBAMOS
Un día dejas de hablarle a una persona o él a ti, por las
razones que sean, generalmente por diferencias políticas o profesionales o por
cualquier insignificancia, y pasa el tiempo y la actitud mutua, más propia del
mundo infantil que del adulto, se conserva casi de por vida.
Un acontecimiento ata posiblemente, y de nuevo, el hilo de
la comunicación y aunque todo no pueda volver a ser como antes, nadie descarta
la probabilidad de que se rompa el prolongado silencio.
Murió la madre del amigo, a la que hace años conocimos, cuando
llegamos a este pueblo. Mucho debieron pasar con ella últimamente, pues había
perdido la razón y quizás, el que no se quedara sola fue una de las causas de su
soltería, la de Antonio, por supuesto y en parte, su carácter poco sociable.
Lo que el tiempo parecía no poder arreglar se ha conseguido
y sin intención, con su fallecimiento.
Es posible que
entre nebulosa él también recuerde nuestras palabras, y el apretón de manos de
nuestro sentido pesar; lo mismo que recordaremos nosotros sus palabras, pocas,
de agradecimiento.
Ojalá que se acaben estas niñerías y que la oración del
Padrenuestro no sea una mera recitación.

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