A UN AÑO DE LAS BODAS DE ORO

Viernes, 10 de agostos de 2018.

A 286 días de las BODAS DE ORO

                    NOS ENCONTRAMOS CON LOS NUEVOS RESIDENTES EN COSTA BALLENA:

MANOLO, ROSA Y SUS HIJAS, EN “LAS DUNAS 3”

                    Unos años después de que Carmen y Javier compraran apartamento en Costa Ballena, Manolo y Rosa se animaron a hacer lo propio, adquiriendo una vivienda en “Las Dunas 3”, en la Avenida Reina Sofía. Solo falta que Consuelo imite a sus hermanas y complete el trío de residentes en este feudo sureño.

                    Con motivo de conocer el apartamento, quedamos con ellos para tomar unas copas. Nos reunimos en el Bar Restaurante situado frente a su urbanización. La agradable noche, el local escogido, los alejados, en el tiempo, encuentros con las, para nosotros, hijas de Tío Nolasco, propiciaron una entretenida y amena reunión, donde la cena, que no estuvo mal, quedó relegada a un segundo plano de interés, aunque no por ello dejamos de valorar los boquerones, las puntillitas, las huevas, las coquinas y los chocos que tuvimos ocasión de degustar, como Dios manda.

                    Terminada la cena, a la visita guiada del piso de Manolo y Rosa. La jardinería y los espacios interiores de la urbanización dignos de ser destacados y premiados. La chiquillería de los residentes, contaban y cuentan con terreno para jugar y desfogarse antes de reparador dormir.

                    Después de recorrer toda la estancia y valorar con buena nota el apartamento, tomamos unos “ginmais” en la terraza, acompañados estos por helados y abundantes y variados frutos secos. En amena charla se nos pasó el tiempo con ligereza. Manolo, Javier, Consuelo, Rosa y Carmen son buenos comunicadores y el grupo nuestro, no desentona cuando está a gusto.

                    Pasada la una y media se presentaron las hijas mayores de Rosa y Consuelo, nos saludamos y comprobamos los cambios de los peques cuando dejamos de verlos en temporadas largas. Éstas siguen igual de agradables que siempre.

                    Quedamos para vernos con más frecuencia. Aprovechamos para invitarlos, aunque todavía lo vemos lejano, a las “Bodas de Oro” nuestras.