Para recuperar los poemas perdidos en sus días correspondiente, en esta primera aparición de hoy publicaremos el del 16 de noviembre de 2004.
200 .- PERDER LA INOCENCIA, HOY
Caminan los inocentes
cada vez con mayor prisa,
dejando atrás su inocencia
al doblar cualquier esquina.
La inocencia, dama ayer,
hoy, jovencísima niña,
la pierden pronto sus dueños,
en vertiginosa orilla,
de adelantos imparables,
tributos de la breve vida.
El niño aprende pronto
a manejar nuevas fichas
que los adultos gastamos
en el juego dela vida.
Abandona su inocencia,
a cambio de mil heridas
que, en el mudo de los mayores,
le regala al nuevo día.
Perder la inocencia, hoy,
es tarea bien sencilla.
La tele, con sus reclamos,
la calle con sus movidas,
el sexo con sus placeres,
los vientos de la desidia,
el fracaso de los padres,
el alto nivel de vida
y otros muchos atractivos
que la modernidad destila,
se encargan de difundir,
la ya sabida noticia,
de que la pobre inocencia
es etapa bien cortita.
¿Quién pudiera retomar
a la inocencia perdida,
y volver a ser el niño
que duerme en la lejanía,
inabordable pasado
compendio de mi desdicha?
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