lunes, 31 de octubre de 2022

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

Martes, 24 de julio de 2018.

A 304 días de las BODAS DE ORO

                LOS ABUELOS, SUJETOS DE BROMAS DE LOS QUE VIENEN DETRÁS

                    Resulta difícil encontrar un abuelo que no haya sufrido alguna broma de sus vástagos o descendientes, en un momento oportuno, bajo la atenta mirada y participación de familiares y amigos, colaboradores espontáneos, dispuestos a reír sin cortapisa.

                    Las últimas mías se agrupan en el mundo de la fotografía. Martina, de cámara con su “table” y de secuaces, una mayoría de familiares de distinta graduación, presentes en las tomas. En mis habituales siestas invernales o veraniegas es fácil la fotografía con sonoridad incluida. Sólo hay que añadir un elemento para conseguir la broma propuesta. Un peluche grande, mascota de Clemen, fue el elegido. Cabeza con cabeza, sueños profundos, placentero momento, angelical postura y un buen “disparo”. Lo demás a la espera, a que sea visualizado por el respetable. Espero no lleguen a las redes, ni se conviertan en “viral”. La siguiente, una muy parecida captada en la siesta vespertina. Los años son testigos de las grandes mutaciones padecidas a lo largo y ancho de la vida.

                    El paso de Patriarca respetado a abuelo “chocho”, sujeto a toda clase de bromas, se produce sin algaradas, silente. Hoy te acuestas como líder familiar y despiertas convertido en desfasado y destronado jefe, con la consiguiente pérdida de los galones de cabecilla. “Ley de vida”, dicen algunos listillos; “Llegó la hora”, apuntan otros. Lo que si es vedad que, ¡Ay de aquellos mayores que enrocados en su historia de muchos años, no entienden la obligación natural de dar paso a las nuevas generaciones!

                    Por ello, las bromas a los abueletes, deben ser comprendidas y aceptadas, siempre que no sobrepasen la línea de la falta de respeto, ni se conviertan en pan nuestro de cada día.

                    ¿Cuál o cuáles serán las próximas? Estoy preparado para recibirlas y asumirlas y deseo que, al tiempo, vayan acompañadas de muestras de cariño similares a las que trato de regalaros desde siempre y por siempre.

                    Y qué mejor que terminar con un breve poema dedicado a las BROMAS a LOS ABUELOS.

      

         Gastar bromas al abuelo,
es de obligado cumplir, 
es burla de poca monta,
es chanza para reír,
es caricia, es aire fresco,
es arte, para el vivir.

        Gastar bromas al abuelo,
es vuelo de colibrí,
es brisa de viejo mar,
es un chispazo feliz,
es música celestial,
es lance al sobrevivir.
        
        Gastar bromas al abuelo,
es diamante sin pulir,
es espuma de orillar,
es salífero festín,
es engañoso castigo,
es chacota, para mí.
       
        Gástame broma, hijo mío,
no espere me llegue el fin,
que entonces las bromas son
imposibles digerir;

        Gástame broma, mi nieto,
no me seas tu, pillín,
que las bromas tienen guasa,
al pie del Guadalquivir.

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