Jueves, día 12 de enero
LLAMADAS EN SILENCIO
Lo que ha cambiado la forma de vivir y en poco tiempo.
Además de que en mi niñez el teléfono no estaba como el NO-DO al alcance de
todos los españolitos, era poco probable que las niñas vinieran a buscarnos directamente
y por el camino más corto, a los niños; lo que tenía hasta un cierto encanto.
Ahora suena el teléfono de casa, te levantas del asiento
y lo coges en la creencia de que alguien necesita algo de ti, que quiere
comunicarte algo o cualquier otra de las múltiples razones de su uso normal;
preguntas entonces, ¿Quién es? O simplemente invitas a que el autor de la
llamada hable con el habitual “diga” y
la respuesta es la misma en no pocas ocasiones, el silencio, y de fondo alguna
que otra disimulada risita, mal disimulada, por supuesto.
Y descubres finalmente que son las niñas las que
preguntan por cualquiera de mis hijos; eso sí, preguntan con su silencio cuando
la voz del que coge el teléfono no es la deseada.
Otro día con la mayor naturalidad y de sorpresa se te
escapa a ti la cándida pregunta de ¿tú quién eres? Y la chica sorprendida,
despistada, distraída o por lo que sea, descubre su identidad y dice: Soy
Luisa. Se avergüenza de su aparente inocencia, vuelven a oírse risas de fondo y
cuelga.
De esta manera sé que otra es Celia…
¿Hasta cuándo seguirán llamando?

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