martes, 20 de septiembre de 2022

EL ORO DEL EUROBASKET FUE PARA LOS NUESTROS

 
CAMPEONES DE EUROPA 2022

        Ya se apagan los ecos, y no han pasado ni tres días, de la gesta conseguida por los chicos del baloncesto español; al conseguir el ORO en el Europeo, formando parte de una selección, casi totalmente renovada y por la que la mayoría, ni de entendidos, ni de profanos, apostaban un "eurito" por ella.

        Faltaban nombres notables, experiencia en estas lides; pero sobraba entrega, ilusión y humildad. Y se contaba, eso sí, con la barita mágica de un sabio de este juego, como la de Scariolo, el sherif de estos últimos años, que además de ella, la mágica, le apareció la estrella de su saber, de su mando, de sus enfados contra sirios y troyanos (sus criaturas y los jueces), en momentos dramáticos cuando los marcadores eran adversos.


        Con un equipo que también tenía un "capi", legionario de mil batallas, veterano de lujo, al que todos conocemos como Rudy Fernández, que despertaba, seguro estamos, en la divina juventud que le acompañaba, el deseo de parecerse a él, no sólo por su calidad deportiva, sino por la humana.

        Con dos hermanos, Juancho y Willy, los Hernangómez, cuyos padres veíamos en las diferentes retransmisiones, sufriendo y gozando, sin que les faltara nunca la fe, porque los habían parido y sabían de su casta, Jugadores que aportaron siempre sus cualidades innatas para este deporte, su lógico aprendizaje por tierras americanas y su amor en la defensa de su España.

        Con tres "bajitos", pero gigantes en su tarea, como Lorenzo Brown, Jaime Fernández y Alberto Diaz, que contribuyeron en definitiva, y de qué manera, de forma clara en la consecución de la gloria. El primero un nacionalizado de última hora; que allá por su tierra hay jugadores extraordinarios para guardar y regalar, y que él mejor que nadie, sabe del porqué tuvo la preferencia de jugar con nuestro país. Que durante todo el campeonato recitó un capítulo amplísimo de lo que es el temple, la calma y su saber hacer, contra verdaderas torres humanas, alineándose con la belleza de sus muestras y formando pareja en muchos momentos de sus otras "menudencias", que afloraban en momentos claves para marcar diferencias. Fernández y Díaz, apellidos muy nuestros, excelentes promesas de nuestro baloncesto, nunca desentonaron; llamando nuestra especial atención el último de estos, que en una de sus entrevistas, en su sencillez e insistiendo sobre el llamamiento a última hora, por la lesión de Sergio Llul, que ya tenía preparado el sillón de su casa para ver los partidos de la selección.

        Sin olvidar a ese sexteto de jóvenes gladiadores: Darío Brizuela, López Aróstegui, Joel Parra, Jaime Pradilla, Sebas Saiz y Usman Garuba, que fueron modestamente a aprender, a aprovechar la oportunidad y que poco a poco, pero desde el principio, porque el mago supo controlar las rotaciones, fueron también artífices de este cielo conquistado en justicia.

        Señalaba al principio que casi nadie apostaba por ello y razones había. Nuestra selección, a pesar de ganar el Mundial anterior, en sus circunstancias de evidente renovación, era considerada como séptima favorita; se perdieron partidos en el preparatorio, pudimos ver selecciones más fuertes; en la Fase de Grupos se perdió con Bélgica, poco importante en el baloncesto europeo, se ganaron partidos con mucho sufrimiento.

        Sufrimiento que se padeció igualmente en los octavos contra Lituania; así como en los cuartos contra Finlandia, que nos apabulló en los comienzos del partido, y con Alemania en semifinales, en su propia cancha, también lo pasamos mal... Parecía como si estuviéramos condenados a padecer y en su lado positivo, de saber remontar y rematar a los contrarios. El temor nos acompañaba para la final contra Francia, pues en semifinales acocotó a Polonia con unas cifras escandalosas; a esta que había dejado fuera a la poderosa y primera favorita, la Eslovenia de Donci.

        Y curiosamente, en la final contra los galos estuvimos siempre por encima de ellos en el marcador, marcando incluso notables diferencias, que sólo peligraron en el tercer cuarto con un fuerte arreón de los franceses, que llegaron a ponerse a tres puntos. sin embargo, los nuestros, después de tanto sufrir,
en lugar de derrumbarse, parece que se acostumbraron a ello y hasta se crecieron, su confianza en ellos se acrecentó, superaron los nervios de otros partidos y fueron a por el ORO,  desde el principio, para demostrarnos a los escépticos y Europa entera, su auténtica valía.

        ¡Felicidades a los jugadores, al entrenador y a su equipo técnico, sin olvidarnos de todos aquellos
que ante la definitiva selección, colaboraron en la clasificación para este Europeo de 2022.

No hay comentarios:

Publicar un comentario