NUESTROS RETRATOS

                             Nuestros retratos de hoy están realizados a sanguina, técnica pictórica basada en una variedad de óxido férrico llamada hematites, que se presenta bajo la forma de polvo, para mezclarlo con agua y usar esta con pincel, en placas y en barra, que es la utilizada en estos dibujos.

                             Tiene distintas tonalidades, todas ellas en la gama del rojo, de ahí su nombre, que recuerda a la sangre, y que van desde el rojo anaranjada hasta el pardovioláceo, que se llamaba en la antigüedad sinopia, en recuerdo de la ciudad turca de Sinope, de donde procedía la hematites.

                             Así me vio Clemente en una de las vacaciones veraniegas en Cádiz, dibujo realizado con esta técnica de la sanguina.

                                    Bastante más joven, con más pelo y con algunos kilitos de más.

                            Y así vio igualmente, con la misma técnica de la sanguina, a dos grandes amigos de nuestros hijos, a Javier Galván Morales y a Manolo León Rodriguez.

                           Javier era el hijo mediano de nuestros queridos amigos Paco Galván y Angelines Morales, estaba entre Fran y Vicente y crecieron junto a los hijos nuestros en la antigua Barriada de los Maestros. Su aspecto de serio no responde a la realidad actual, ni tampoco a su niñez y juventud, pues era y sigue siendo una persona alegre y extrovertida. Ingresó, como su hermano mayor, Fran, en la Guardia Civil, y a lo largo de su vida ha tenido diversos destinos, en distintas localidades de nuestro país, residiendo en los últimos tiempos en localidades sevillanas. Excelente persona, que cuenta con muy buenos amigos en su pueblo, por lo que no duda en aprovechar cualquier ocasión, dada la actual circunstancia de residir cerca de aquí, para encontrarse con su madre y de paso, con estos.

                        

                             Manolo es el menor de los hijos de nuestros estupendos amigos Camilo León Cuesta y Manoli Rodríguez, siendo el mayor el que se llama como su padre, Camilo, y cuentan ambos con una hermana, de nombre Mari Reyes. Como el anterior dibujo, tampoco su seriedad responde a su habitual manera de ser, pues en líneas generales son personas alegres y muy comunicativas, teniendo ambos también una cualidad común, que no hay que confundir y que ya de pequeño la ejercían, como era la de formalidad. Manolo, profesionalmente creció en el mismo campo que su padre, el de la banca, ocupando diferentes destinos en la provincia de Sevilla; hasta que un día nos sorprende a todos, él sabrá y tendrá sus razones, libremente elige nuevos vuelos ante una oferta que debió ser tentadora, hacia una empresa floreciente de nuestro pueblo, Graphestone, en donde sigue en la actualidad.

                            A los dos los hemos visto crecer, hemos compartido con ellos y en unión de sus padres, muchas veladas, y sinceramente, aunque cada uno eligió caminos muy diferentes, la impresión que tenemos de ellos es la de que son muy buena gente, formales, trabajadores, gratos en el trato y verdaderos amigos de sus amigos.