Siguiendo con los retratos de la gente menuda de nuestros familiares, aunque ya se van haciendo algo mayores lógicamente con el paso de los años, hoy sacamos a la palestra a una jovencita, que ya desde muy niña asustaba por su saber, que siempre pareció por ello que tenía más edad de la que realmente poseía, y además, adornada con un gracejo natural, que igualmente sorprendía y bonita, como sus progenitores, especialmente como su madre.
Hablamos de Mamen López Pavón, hija de Flori Pavón, merecedora de todos los piropos del mundo, y de nuestro igualmente querido, Diego López, que de niño también era una ricura, y que por ser fortachón y fiel defensor de los suyos, cualquiera a esas edades osaba meterse con sus primos. Ella, que daba gloria verla bailar, sobre todo las sevillanas de su tierra, y hermana de un visueño famoso, jugador de entre otros muchos equipos del Sevilla F.C., Arturo Pavón; y él, hijo y nieto de otros dos Diego López, bien conocidos en esta localidad de los Alcores por sus bondades: el mayor, por su trabajo en la incipiente, entonces, Caja de Ahorros San Fernando y en la Casa Consistorial de El Viso; así como el menor, por su manera de ser, por su gracia natural y por su desarrollado concepto de la amistad; a los que jamás olvidaremos.
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