A las puertas de la Semana Santa, es lógico que pensemos en los muchos Cristos y Vírgenes que nos acompañarán, imágenes de aquel buen Jesús y aquella excelsa Madre, que nos regalaron nuestra posible salvación, que si nos alcanza no será por nuestros méritos, sino por su grande e infinita misericordia.
¿Habrá mayor amor que el de morir por nosotros en Cruz?
(Boceto a boli)
(Témpera)
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