jueves, 3 de marzo de 2022

NUESTROS DIBUJOS

                             Para no perder hábitos ni costumbres, no saltando puertas ni tiros porque nos toca, como en el juego de la Oca, seguimos con nuestra Colección Azul y también con nuestros marineros, en descanso de sus faenas, y hoy, no poniéndoles sólo rostros, sino de cuerpo entero y sin pitillos en sus labios, y en algunos hasta fumando en pipa, en cachimbas, lo que resulta más elegante.


                             El mar o la mar, qué más da el artículo, ejerce una fuerte atracción sobre la mayoría de los mortales, como el fuego, tanto si está en calma chicha, como infinito espejo que nos invita a mirarnos en él y de qué manera, hasta cuando se envalentona, saliéndole la mala baba, que despierta nuestros miedos. Los marineros saben mucho de esto, porque en el mar encuentran su sustento, en buenos días, en mejores caladeros y a veces, jugándose la vida, en otros más perversos. 


                             De ahí, que si la mar enfurecida hace brotar nuestros miedos, ellos saben disimularlos por necesidad, con vocación y buscando otros pensamientos, lo que genera en nosotros admiración y mucho respeto.

                             Por eso mismo, en nuestros dibujos sobre ellos, junto a sus pesares, que no equivalen a tristeza, queremos reflejar una cierta seriedad y sobre todo, templanza, mucho sosiego y tranquilidad de conciencia.

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