Hoy terminamos nuestros chistes gráficos dedicados a la Olimpiada de Japón del año 1964, que supone un pequeño homenaje a las víctimas de aquellas dos bombas nucleares lanzadas en el año 1945 en Hiroshima y Nagasaki, siendo presidente de los Estados Unidos, Truman, y que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, con la rendición de Japón ante los aliados.
Japón nunca olvidará este hecho, ni el mundo entero, incluido los que las lanzaron, por la cantidad de criaturas inocentes que fallecieron en tal fecha, o posteriormente como consecuencia de ellas.
De ahí, que imagináramos que el encendido del pebetero en la jornada de inauguración de la Olimpiada de Tokio, en 1964, en la primera celebrada en esta ciudad e incluso en el continente asiático, tuviera esta forma, la de una ascendente nube tóxica y de muerte, en forma de hongo, para recordarla como Olimpiada de la Paz al mundo. Y como hemos recordado en estos dieciocho días, con nuestros "monos", demostrar que el humor a veces, además de despertar sonrisas, puede encerrar cosas muy serias.
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