domingo, 5 de diciembre de 2021

VENTANA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LOS "TEBEOS"

Entrega nº 66

SNOOPY Y CARLITOS

Charles Monroe Schulz

        Dibujante humorístico que nace en Santa Rosa, California, el 26 de noviembre de 1922 y fallece en 2 de febrero de 2000 en Minneápolis, Minnesota, de familia humilde, pues su padre, alemán, era barbero y su madre, noruega, ama de casa. De su infancia se sabe que fue un niño apocado, piadoso, frágil y de gran inventiva, al que su tío le puso el apodo de Chispita. El primero de sus dibujos apareció precisamente con este seudónimo en el cómic titulado Ripley´s Believe it or Not.

         Su afición por este género y por la caricatura movieron a sus padres a matricularlo en un curso de dibujo por correspondencia en una academia local, pero sus logros como dibujante en su adolescencia no fueron apreciados. Se alistó en el ejército a los 21 años y en 1945 fue testigo de los horrores de la guerra, al tomar parte en ella llevados por tierras francesas y alemanas como soldado raso. Cuando regresa a EE.UU., dos años después, desempeñó el oficios de profesor de dibujo en Minneápolis mientras  buscaba trabajo como dibujante; aunque antes debutó como rotulista, concretamente en el cómic de carácter religioso Timeless Topix.

         Sus porimeras tiras de prensa aparecen en el diario St. Paul Pioneer Press, de Minnesota, entre 1947 y 1950, con el título de Li´l Folks y su primera obra para un cómic tuvo como personajes a un grupo de niños cabezotas, uno de ellos con perro, en la que ya se prefiguraban los personajes Charlie Brown y Snoopy. Y en 1948 también logró vender un conjunto de viñetas satíricas al Saturday Evening Post.

         En enero de 1950 Li´l Folks fue cancelada por el diario y Schulz  intentó vender la tira a otros periódicos. No lo consigue y entonces lleva su obra a la agencia United Feature, que comenzó a distribuirla  bajo el título de Peanuts (cacahuetes, en alusión a la forma del cuerpo de los protagonistas) a partir del año 1950. Tras firmar este contrato se traslada a Colorado, donde se casó; trasladándose luego a Sebastopol, en 1958 y a Santa Rosa, en 1969, pero volviendo a Minneapolis hasta el fin de su vida. Peanuts no dejó de aparecer en la prensa religiosa hasta 2000, pues trabajó en esta tira hasta el mismo día de su muerte. Aunque esta no fue su única dedicación. Durante los años cincuenta, Schulz creó otros personajes, como los de It´s Only a Game, tira deportiva dibujada entre 1957 y 1959, o Young Pillars, una serie de viñetas creadas entre 1956 y 1965, para la revista eclesiástica Youth.


            Charlie Brown, el protagonista de Peanuts, su perro Snoopy y el resto de su pandilla, eclipsaron al resto de su producción y obligaron a du creador a que se dedicara en exclusiva a ellos a partir de los años sesenta. El humor de Peanuts, entre lo surrealista y lo patético, separó a la crítica de su tiempo, que no concebían que una tira humorística protagonizada por niños podía ser tratada con aquel tono. Pero, sin embargo, triunfó, porque mediante la abierta sencillez de sus personajes logró enganchar al público cada vez mayor con el paso de los años, que se sentía conectado  con las frustraciones que expresaban los niños y el perro del protagonista, pues venían a ser las del americano medio que no habían llegado a ver cumplido el llamado “sueño americano”, en los años cincuenta y sobre todo, en los sesenta.

         Charlie Brown, Carlitos, era pesimista, conformista, arrastraba una gran falta de cariño. Snoopy, su perro, era fantasioso e idealista, aunque no lograba comunicarse con los demás. Lucy, la eterna novia de Carlitos, fue la representante más nítida de la nueva mujer que se iba imponiendo en las sociedades democráticas del siglo XX. Y Linus, hermano de Lucy, era un muchacho acomplejado, aferrado a sus manías e incapaz de madurar. Esta pandilla de niños frustrados, neuróticos y narcisistas tuvo una calado espectacular en  la sociedad de los EE.UU. y en todo el mundo: la gran calidad como dibujante de Schulz convirtió a sus personajes en iconos, tanto como representantes de la angustia social, como de la duda existencial o de la antítesis del triunfo, y además como figuras muy atractivas para los niños de toda época. Schulz, por su parte si cumplió el “sueño americano”, convirtiéndose en uno de los hombres más ricos de EE.UU., gracias a la comercialización de un personajes que emitían mensajes pesimistas en sus historietas pero muy optimistas cuando iban estampados en todo tipo de productos.

         Por todo lo anterior, sus personajes fueron llevados a la pequeña pantalla, él mismo produjo dos cortometrajes, sus creaciones fueron motivo de estudios académicos, fueron analizados semiológicamente por Umberto Eco, ocuparon portada del Time o del Life y sus tiras fueron reeditadas una y mil veces por todo el mundo y terminar diciendo que en España fue traducida como Snoopy y Carlitos.         

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