MONUMENTO A LA INMACULADA CONCEPCIÓN EN SEVILLA
Ayer hablábamos de este monumento, porque se encontraba en la Plaza del Triunfo, el de hoy se encuentra en ella y entre la Catedral y los Reales Alcázares.
Sevilla fue una ciudad pionera en la defensa de la piadosa idea de la Concepción Inmaculada de la virgen María, y ya en el siglo XVII celebraba la fiesta de manera espontánea y popular. Finalmente se reconoció como dogma de fe en el año 1854, pero la ciudad tuvo que esperar hasta 1917 para tener este monumento a la Virgen y a la devoción de los sevillanos y de Sevilla.
el monumento se proyecta con ocasión de las amplias y variadas reformas que la ciudad hispalense sufre ante el acontecimiento que supone la Exposición Iberoamericana, y junto con la reurbanización del barrio de Santa Cruz se lleva a cabo también una remodelación de la Plaza del Triunfo.
El arquitecto Juan Talavera y Heredia elabora en el año 1917 el proyecto urbanístico, incluyendo la colocación del monumento a la Inmaculada Concepción. A pesar de que el mismo tuvo la oposición de la Real Academia de Bellas Artes, la propuesta se ejecuta finalmente; inaugurándose el 8 de diciembre de 1918
La parte arquitectónica del mismo fue realizada por José Esplau y Muñoz, mientras que las esculturas son de Lorenzo Coullaut Valera..
Centrado hacia el este de la plaza, en un octógono de gradas de granito se levanta un amplio pedestal, rodeado de las figuras de cuatro personajes del siglo XVII, que destacaron en su afán concepcionistas: el teólogo jesuita Juan de Pineda, el poeta Miguel Cid, el escultor Juan Martínez Montañés y el pintor Bartolomé Esteban Murillo.
Sobre el pedestal, cuatro pilares de orden jónico sustentas la imagen de la Inmaculada Concepción, basada en la obra que el citado anteriormente Murillo pintó para el Hospital de los Venerables de Sevilla y que hoy es pieza clave en el Museo del Prado.
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