EL FOSO DE SANTIAGO Y LA ENSEÑADA DE LOS GALÁPAGOS
Desde el puente que da acceso a la Puerta de Santiago se observa el Foso de igual nombre que fue excavado en la segunda mitad del siglo XVI, seguramente por Miguel de Perea y que fuera profundizado a lo largo del siglo siguiente hasta el nivel del mar. En aquellas fechas no existía el citado anteriormente puente recto de piedra sobre él y que vino a sustituir al de madera que era curvo.
En 2006 se subió el nivel para ampliar su anchura y se pavimentó para permitir el acceso a la Playa de la Ensenada de los Galápagos y en el 2018 se construyó una rampa, para permitir el mismo a los minusválidos.
Para acceder al Foso de Santiago tenemos que llegar a la Plaza de los Pescadores. Allí nos encontraremos con un gran arco, su puerta de entrada, junto a la muralla. Este arco es bastante bajo, con los que eran bastante alto, tenían que agacharse un poco para no darse un golpe. Normalmente, el mismo estaba cerrado con una reja, suponemos para evitar el peligro de desprendimientos, ya que no estaba en condiciones para su paso por él; pero una vez que se solucionó este problema, saneando la zona y con su correspondiente limpieza, sobre todo de la arrojada desde su parte superior o llevada por el mar, durante el verano y de acuerdo con un horario en su entrada, se abría. Durante muchos años, como comprobamos en nuestra niñez y juventud, este foso sólo podíamos observarlo desde las alturas, desde la Plaza de Armas para llegar a la Puerta de Santiago; hasta que el Ayuntamiento en la fecha señalada de 2006 rehabilitó el acceso y en su final creó una pequeña playa. La Playa de los Galápagos que se encuentra en la Ensenada de igual nombre. Es como una calita, a la que se llega a través del fondo del Foso de Santiago, que también se arregló y que seguramente fue una de las primeras de Melilla y que antaño pudo ser puerto natural de la ciudad y que serviría posiblemente como refugio a las pequeñas embarcaciones.
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