lunes, 22 de noviembre de 2021

VENTANA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LOS "TEBEOS"

Entrega nº 56

ZIPI Y ZAPE

José Escobar Saliente

         Escobar, dibujante historietista español, es conocido como uno de los cinco grandes de la Editorial Bruguera, junto a Conti, Cifré, Giner (dibujante realista) y Peñarroya; siendo el de carrera  más extensa, gracias a series como Zipi y Zape y carpanta de gran impacto popular.

         Nació el 22 de octubre de 1908 en Barcelona y falleció el 31 de marzo de 1994. Durante la I Guerra Mundial, con 6 ó 7 añitos, toda la familia se traslada a Granollers, donde su padre fue destinado como funcionario de Correos. Aprendió sus primeras letras en la escuela de Unión Liberal. A los 10 años, como algunos de nosotros comienza el Bachillerato gracias a una tía suya que residía en La Habana, la cual, enterada de su afición al dibujo, se había propuesto a que el joven artista fuera arquitecto.

         Escobar suspende en segundo curso y entra a trabajar en la Delegación de la tabacalera en Granollers, cobrando un duro por ayudas en las sumas y el reparto, una mañana a la semana. Sólo durará 4 ó 5 meses en el trabajo, pero adquiriría ya para toda la vida el vicio de fumar. Luego sería dependiente en una farmacia, ganando 12 duros al mes y a los 14 años era repartidor de Telégrafos. A los 17 años aprobó unas oposiciones a Correos, llegando a ser Interventor al año siguiente de la Estafeta de Granollers.

         Su carrera como dibujante la inicia con la publicación de una historieta en un concurso de la revista Virolet de la Editorial Baguña y animado por este hecho colabora con la revista La Gralla y en el Diario de Granollers. La primera revista de gran tirada donde trabajó fue Sigronet de El Gato negro, editorial antecesora de Bruguera, donde coincide con Antonio Moreno y el también bisoño Martí Bas. Como profesional ya publica en L´Esquella de Toratxa, integrándose en el Sindicat de Dibuixants Professionals. Y aunque ajeno al dibujo, señalar que desde 1925 a 1945 pertenece a un grupo de teatro aficionado.

         En los años 30 colaboró con varias revistas, como Papitu, Pichila y TBO y hasta fue editor de la efímera L´Esquellot de Granollers desde 1933 a 1934. Realizando en este tiempo una película de dibujos animados: La ratita que barría la escalerita, adaptación de La ratita presumida, con el fotógrafo José Boch, y en 1938 ingresó en Hispano Grafic Film como animador.

Al término de la Guerra Civil (1939) fue depurado del servicio de Correos y condenado a seis años y un día por motivos políticos y el mismo Escobar explicó años después que obtenía algo de dinero realizando caricaturas a otros presos, que firmaba como Rebec (en catalán travieso), permaneciendo en prisión sólo un año y medio, saliendo de ella en régimen de libertad controlada. Siguió trabajando con Hispano Grafic Film hasta que tuvo diferencias con el director de la empresa, Salvador Mestres, dibujante también de historietas, y abandonó aquel trabajo para asociarse con Joaquín Muntañola, otro dibujante que había creado el personaje de Josechu el vasco, para hacer “Una perrita para dos” y “El faquir González en el circo”, pareja que igualmente se disolvió.


Dirigió entonces uno de los tres equipos de “Dibujos Animados Chamartín”, produciendo cortometrajes como Civilón y la sirena y Civilón boxeador, en 1942. Como la competencia de NO-DO arruinó la producción de cortos, trabajó entre 1942 y 1952 como juguetero. Hasta que vuelve en esos años a la historieta. En 1944 colabora con las revistas Leyendas yInfantiles y Aventurero, de –hispano Americana de Ediciones e ilustra cuentos infantiles para Bruguera.

         En 1947 colabora con la reaparecida revista Pulgarcito y un año más tarde, 1948, crea sus personajes más recordados: los gemelos Zipi y Zape y el eterno hambriento, Carpanta, símbolo de las penurias económicas de la posguerra española.

         Durante los años 50 creará Doña Tula, suegra (1951) y Petra, criada para todo (1954). Además de trabajar para Bruguera, colabora con semanarios como Lean y Dicen, y en los madrileños: Gutiérrez, Don José, Cucu y Teleradio. En 1953 crearía unos cursos por correspondencia para aprender a dibujar y fue autor de la obra de teatro “Ensayo General” (1957) que aún sigue reponiéndose.

         Junto a Conti, Giner y otros, vivió el fracaso de su editorial independiente que publicaría la revista Tío Vivo, para la cual crearía Blasa, portera de su casa., El Mago Assieres y el profesor Tenebro (1957) y Doña Tomasa, con fruición va y alquila su mansión (1959).

         Cuando vuelve a Bruguera, que absorbió a Tío Vivo, creó Filomeno y su taxi Genovevo (1963), Don Óptimo y Don Pésimo (1964) y Plim, el Magno (1965); dedicándose principalmente a sus personajes estrellas: Zipi y Zape y Carpanta y por otra parte, los gemelos llegan a tener incluso su revista propia en 1971. Escobar, además publicará dos obras nuevas de teatro: Rapto a las seis y media y La otra cara de la Luna. A finales de los 70, volvió a recuperar su cargo de Correos.

         El fracaso final y cierre de Bruguera en los años 80, igual que le ocurriera a otros dibujantes como Ibáñez y Raf, le llevan a probar en una nueva revista, Guai, de la Editorial Grijalbo, para la que dibuja la serie de Terre y Moto, otros dos gemelos inspirados en Zipi y Zape.

         Al adquirir Ediciones B el fondo editorial de Bruguera, escobar regresa a su personajes clásicos y continúa trabajando en la historieta, a pesar de su avanzada edad, hasta que muere en 1944 en un asilo en duras condiciones económica.

         Y para terminar algo habrá que decir de Zipi y Zape, por ser  de los más populares del cómic español, sólo superado por Mortadelo y Filemón y aún vivos por el trabajo del guionista Juan Carlos Ramis y del dibujante Joaquín Cera.

         Personajes idénticos en cuanto a su físico y a sus travesuras, pero uno moreno, Zape, y el otro rubio, Zipi, y que uniéramos sus nombres nos llevaría a “zipizape”, equivalente a “alboroto”, lo que son ellos, aunque de buen corazón, de ahí su gran obsesión por “hacer una obra buena”. Así que resulta lógico que sus historias terminan habitualmente huyendo de alguien, recluidos por su padre o en el cuarto de las ratas. Sus padres: Don Pantuflo Zapatilla, catedrático de Numismática, Filatelia y Colombofilia, de clásico chaqué en la calle y en su casa con zapatillas y albornoz; mientras que su esposa, Doña Jaimita Llobregat, caracterizada por su lazo rojo en el pelo, es la que sufre la mayoría de las travesuras domésticas de sus hijos, protagonizan igualmente esta serie, acompañados de una interminable nómina de personajes secundarios.

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