Nuestros recuerdos de la ciudad de Viena son innumerables y sólo el tiempo los podrá borrar; sin embargo existen muchos y por diferentes razones que permanecen más pegados en nuestra memoria que otros. Entre ellos, entre todos los que llamaron nuestra atención, en el capítulo de su monumental arquitectura, nos detuvimos en algunos de sus elementos bien significativos, como son sus fuentes y curiosamente, no por su monumentalidad, sino por su elegancia y gracia, fuimos a parar en la que existe junto al edificio de la Ópera Estatal de Viena, quizás y posiblemente por la grandeza de éste.
Y cuando regresamos de aquel viaje, no pudimos vencer la tentación de dibujarla y nos pusimos manos a la obra, sin saber a ciencia cierta el porqué, cuando además estamos convencidos de que existirían otros monumentos con más valor que aquella, que su único mérito a lo mejor era la de encontrarse en el lugar en que se encontraba, junto a una de las catedrales de la Ópera.
Siendo el resultado de toda esta vivencia y posterior reflexión, la de ahora, lejano en el tiempo, la plumilla que colgamos hoy en este rincón.
FUENTE DE OPERNBRUNNEN, junto al Palacio de la Ópera de Viena.
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