Seguimos en la Plaza de los Aljibes, pero vista desde otra perspectiva. Ayer hablábamos de dos puertas desde donde podía observarse el interior de estos y hoy nos detenemos en dos de sus entradas a la plazuela.
Como puede uno ver en los dibujos es la piedra la protagonista de la mayoría de las construcciones que existen en Melilla la Vieja.
En la izquierda se encuentra el pequeño túnel de la entrada de la conocida Puerta de la Marina, que desciende cuando se atraviese este por una escalera a la carretera que bordea el Puerto. Mientras que la otra, con cierre metálico es la que comunica con otro de los recintos de la antigua fortaleza.
En la esquina que se enfrenta en diagonal a esta, que otro día traeremos, existe otra escalera que permitirá acceder a la conocida como Casa del Gobernador, que últimamente se encuentra algo deteriorada, como causa del abandono que supone la de no encontrarse habitada desde hace algunos años, pero que tuvo su esplendor antaño. Y a esa altura, en su proximidad se encuentra la Torre del Reloj; restaurada hace poco y que se ha convertido en uno de los museos que proliferan en esta parte de de la ciudad.
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