Entrega nº 14
Historias FERmosas
José Antonio Fernández
Fernández FER
Los personajes de este
historietista casi siempre fueron bajitos, cabezones y narigudos, que se movían en tropel, bien atacando o defendiendo un castillo o eran protagonistas de
historias de un pueblo que tenía como epicentro un Puticlub.
De esta manera, FER, hacía
florecer soldados medievales de valentía dudosa, payeses directos, curas
libidinosos, falangistas de borla y policías grises de los años 70 con su
porra, casco con visera y escudos.
Su nombre artístico, el de
FER, se lo puso otro de los grandes del gremio, PERICH.
Nació en Mansilla de las
Mulas, pueblo leonés, en el año 1949, pero llegó a Mollet del Vallés, cuando
tenía sólo 4 añitos con toda su familia y debido a que su padre, guardia civil,
fue destinado a dicha localidad catalana. El mismo que en los años 70,
estudiante universitario aficionado a realizar chistes gráficos de corte
sociopolítico y que los malvendía, pensaba que esto de dibujar nunca se lo
había tomado en serio y que si los hacía era para poderse pagar sus libros. Ya
en la Universidad, en la Facultad de Filosofía, se inició en este mundo con trabajos para revistas, como Patufet,
Oriflama y Mata Ratos; saltando posteriormente a las tiras de prensa diaria en
cabeceras como La Prensa, El Correo catalán o el deportivo 4-2-4.
Otro ilustre de este mundo,
como Jordi Ginés, conocido por GIN, lo reclutó para El Papus, donde consolidó
su primera serie, El Castillo, teniendo gran éxito sus historietas, en parte
nutridas por sus conocimientos históricos. Pronto descubre que el humor gráfico
puede ser un arma de combate, aunque por ello tuviera algunas denuncias y
alguna que otra amenaza de la extrema derecha, porque en aquellos tiempos ni el
rey ni la iglesia se libraban de sus invectivas.
En 1981 entra como colaborador fijo de
El Jueves, triunfando con dos series: Historias fermosas, que aparecerá en
nuestro blog y El Puticlub, que terminaría convirtiéndose en una especia de
crónica de un pueblo a partir de un sospechoso bar de carretera, mezclando la
vida real con historias inventadas, Pero siempre con un deje simpático y
emotivo.
Era seguidor del Barça y hasta
intervino en alguna ocasión en el espacio “La transmissio d´en Puyal”.
Construía sus historietas
compaginando su labor docente en un Instituto con la de dibujante. Admitía que
las ideas de sus guiones le venían sobre la marcha y si le venían antes las
apuntaba en un papel y las iba desarrollando luego, lo que demostraba la
espontaneidad de sus tiras; aunque esto de la doble profesión en momentos le
agobiaba.
Declarado admirador del gran
historietista francés Jean Marc Reiser, y en España de su colega IVÁ y el dúo
Gallego-Rey. En 2005 recibe el premio El Gat Perich, que él había propiciado y
que fue el que le bautizó artísticamente, y en 1997 la Universidad de Alcalá de
Henares le declaró Catedrático de Humor.
Como última curiosidad
intrascendente señalar que a los 8 años, mandó un dibujo a la revista TBO, que
fue seleccionado y publicado, recibiendo el pago de cinco duros por parte de su
editorial.
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