domingo, 30 de mayo de 2021

QUINCE MINICUENTOS DE MI NIETA ADELA

Entrega nº 11

         Claro, nuestra querida Adela, que tus padres no te iban a creer con el final de tu historia, lo de que tu nueva bici volaba; hasta me temo y estoy convencido de ello, que para evitar riesgos, no te la dejarían coger y la guardarían, casi nueva, en el trastero, como tantos objetos inservibles que existen en estos lugares.

         Tengo una bici voladora

          Hola, chicos.

         El día de mi cumpleaños mis padres me compraron una bicicleta nueva y estaba la mar de contenta con ella.

         Al principio yo pensaba que era una bici normal,  como la de casi todas las niñas, pero me di cuenta que tenía algo que me resultaba raro.

         Fijándome en todo pronto descubrí que en sus ruedas había como un polvo brillante, que no tenían las demás y hasta con un trapo limpio traté de quitarlo en un momento, pero cual sería mi sorpresa al comprobar que no pude. Estaba como pegado o pintado en ellas.

         Como era mi primera bici y además toda nueva no me importaba; incluso me resultaba más bonita que todas las que tenían mis amigas y compañeras del colegio.

         Al cabo de un tiempo, cuando ya había aprendido a montar en ella y mis padres confiaban que lo hacía bastante bien, una noche de primavera me dejaron salir a dar un paseo para refrescarme un poco por los alrededores de mi casa.

         Cuando yo iba muy contenta, de pronto se apagaron todas las luces de mi calle y me asusté un poco, pero seguí dándole a los pedales, aunque algo más despacio.

         Justo en aquel momento una linda perrita, asustada también por el apagón, se me cruzó e intenté frenar.

         Y se produjo un hecho inesperado y sorprendente.

         Aquel polvo tan extraño y brillante de repente se escapó de las ruedas, empujándome hacia arriba para no atropellar a la perrita y yo sin tocar ya el freno ni los pedales me vi por los aires, porque mi bici siguió a los polvos, que debían ser mágicos.

         Dándome entonces cuenta de que yo volaba en mi bici nueva, la que me regalaron mis padres en el día de mi cumpleaños y que a mí me parecía algo rara.

         La luz volvió pronto a mi calle y yo que seguía montada en ella suavemente descendí hasta el suelo.

         Volví a mi casa y me fije que el polvo brillante había vuelto a las ruedas.

         A mis padres para que no se asustaran no les dije nada, para que no pensaran que yo me había vuelto loca por la emoción de tener una bicicleta nueva, la que ellos me habían regalado, la del polvo brillante en las ruedas.

         Y COLORÍN, COLORADA, la bicicleta de este cuento sí que volaba.

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