lunes, 26 de abril de 2021

QUINCE MINICUENTOS DE MI NIETA ADELA

 Minicuento nº 4


Los lápìces mágicos de colores de Martina

Hola, chicos.

        Como veréis cada semana os traeré una historia. La de hoy trata de unos colores mágicos.

Bueno, mejor que os la cuente ahora mismo.

Había una vez una niña llamada Martina, a la que le gustaba mucho dibujar y se pasaba todo el día pintando.

Un día estaba dibujando tan, tan rápido, que al acabar un cuadro y querer empezar otro nuevo, se le cayeron al suelo todos los colores y sus pinceles.

Martina se puso muy triste porque todos sus colores estaban mezclados y además sus pinceles se rompieron.

Lloraba al pensar que nunca más volvería a pintar cuadros, pero de repente pasó algo inesperado.

¡Los colores comenzaron a regenerarse!

Empezaron a moverse como locos de un lado para otro, dirigiéndose hacia el cuadro que ya tenía preparado para comenzarlo, introduciéndose en él y pintándolo todo, hasta que finalmente salieron corriendo y se perdieron de su vista.

Habían dibujado un precioso árbol.

Martina vestía como siempre su traje de pintar y en su bolsillo guardaba un pincel, pero le faltaba su pintura mágica.

Como estaba al lado del cuadro a Martina se le ocurrió la idea de coger la pintura del árbol del cuadro, que aún no se había secado y rápidamente dibujó un platillo volante y se montó en él; pero se encontró con un gran problema, el de que habían tantos botones que no sabía cómo funcionaba.

Entonces pensó, que como se trataba sólo de un dibujo la solución estaba en que podría borrar todos los botones y así lo hizo. Eso sí, dejando sólo dos botones, el de la marcha y el de la parada.

Martina se lanzó a buscar sus colores, pero la tarea iba a ser un poco difícil, porque estos estaban escondidos.

Aunque algunos, por ejemplo, estaban dándole color a las flores en el parque y otros estaban arriba de las nubes, dándole color a un Castillo de las Hadas, la mayoría de ellos se encontraban escondidos en los lugares más insospechados.

Finalmente, Martina, que era muy despierta, los encontró, se las apañó para reunirlos y habló seriamente con ellos, para poder seguir pintando y crear cuadros mágicos.

Consiguiendo por fin, con mucho trabajo que se fueran con ella e hizo Martina con su estupenda ayuda magníficos cuadros supercreativos y también  de extraordinaria fantasía.

Y COLORÍN, COLORADO, los cuadros de Martina vuelven a estar coloreados.

 

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