Viernes,
18 de enero de 2019.
A
124 días…
¿POR DÓNDE METER MANO?
Con el dolor
metido en nuestras entrañas, con la impotencia por bandera, con la fe perdida,
con los presentes miedos del hoy, del ayer y del mañana, con el tiempo, loza
pesada que no entiende de nada, gastado en preparativos, nos queda un frágil
hilo de voz para, sin echar más leña al fuego de lo incomprendido, “METER MANO”
en el desgraciado suceso del pequeño Julen.
Y “METER MANO”
no significa buscar y señalar culpables que, sin dudar, los hay; “METER MANO” nos es estigmatizar
al pocero que no selló debidamente el
fatal agujero; “METER MANO” no es gritar en el vacío nuestra repulsa a lo que
se está haciendo para llegar cuanto antes al encuentro del pequeño Julen.
“METER MANO” es tomar nota de los muchos “agujeros
mortales” existentes en nuestro alrededor; “METER MANO” es no callar ante tanto
salto a la torera de la ley; “METER MANO” es enseñar y aprender a distinguir,
solidaridad e interés propio; “METER MANO” es hacer el bien sin mirar atrás y
si esperar recompensa; “METER MANO” es jugar las cartas sin trampas, ni cartón;
“METER MANO” es inconformismo; “METER MANO” es desenmascarar al fraudulento, al
mentiroso, al fullero, al pícaro y a los muchos compañeros de esta soldadesca; “METER
MANO” es cambiar de actitudes y de talante; “METER MANO” es todo lo bueno por
hacer.
Hemos perseguido, con lo anterior,
rescatar la expresión “METER MANO”, quitándole su carácter peyorativo-sexual y
ortogándole el premio de lo bueno por
hacer, gracias al pequeño Julen, motor de la sublime solidaridad.
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