Domingo,
13 de enero de 2019.
A
129 días…
PROSA Y VERSO.
De todos los
colores, el INVIERNO escogió el BLANCO, el color de los colores, el que no
tiene color y los tiene todos, a la vez, guardados, escondidos en su interior y,
para ver sus entrañas arcoiris, hay que
romperlo, hay que trocearlo, hay que pasarlo a través de un prisma cristalino
que, en sencillo experimento, nos descubre la irisada alma del color BLANCO.
Y el INVIERNO,
para encumbrar al BLANCO lo incrustó en la nieve blanca y lo paseo por las
altas y bajas montañas, por los pueblos y ciudades, por los Polos Árticos y Antárticos
y lo enfrentó al celeste cielo, al azul mar, al bosque verde y al resto de
colores y calores del Planeta Tierra y del inmenso y misterioso Universo.
Y el BLANCO se
engalló altivo,
con la venia del INVIERNO,
con el satisfecho júbilo
del cálido blanco
pueblo,
que aquí, en nuestra Andalucía,
añora los viejos cuentos,
inventados por el hombre,
contados por el abuelo,
al calor de las candelas,
con sabor a vino añejo
y recuerdos requemados,
a la luz del fiero fuego.
Y el INVIERNO se
engalló,
con un BLANCO siempre eterno,
montado sobre la grupa
de un corcel frío y experto,
con la nieve por bandera,
y el frío, como escudero,
y el frío de nieve blanca,
y el frío de BLANCO INVIERNO,
con sus colores ocultos
en telares de otros tiempos,
donde antaño se guardaban,
la prosa y el ignoto verso.
Y entre la
prosa y el verso, el BLANCO se hizo canción,
y el INVIERNO, BLANCO sueño, y jugando al “pilla, pilla”, sobre la tierra y los
aires, dibujaron miles de estrellas, carámbanos, estalactitas, estalagmitas,
muñecos de nieve y estampas de BLANCO INVIERNO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario