jueves, 22 de noviembre de 2018

Las cosas de Rufián. SEMANA DE TEATRO INFANTIL. EL VISO DEL ALCOR. IV.

  Jueves, 22 de noviembre de 2018.
A 182 días…

Y RUFIÁN HIZO HONOR A SU APELLIDO Y LO ECHARON DE CLASE.
SEMANA DE TEATRO INFANTIL. EL VISO DEL ALCOR. IV.

     Pobre niño travieso que no puede refrenar su lengua cuando la desata. Y ¿Qué hacemos con él?



     Hacía tiempo no veíamos un alumno tan “contestón”, tan deslenguado, tan insultón, tan hijo de su madre, tan, “tan, tan”. Pobre de todos nosotros por tenerlo que aguantar, que sufrir, que padecer. Y lo peor de todo es que, encima, le pagamos un buen sueldo y una mejor jubilación, cuando le llegue.

    Ole, por esta clase de artista de la política. Ole por no poder desterrarlo, con otros de su calaña, a un mejor territorio  bastante alejado, para recibir los beneficios de una mutación que lo devuelva a la más corriente y absoluta normalidad. ¡Tiene guasa la cosa! Tiene bemoles, el tener que soportarlo y, sin más, todavía podemos gritar ¡Viva la Democracia Parlamentaria!

     Y ¿De qué sirve que lo echemos de clase uno o veinte días? De nada absolutamente. Y ¿para qué nos valen los aplausos a la Directora, muy bien en su papel de “expulsadora”? Y ¿Cómo se digieren estas malcocinadas refriegas parlamentarias?

     Y a la vista, unas elecciones cercanas, en nuestra tierra, con “individuos e individuas” de parecidas raleas a la del  travieso niño, con otras maneras pero, al fin de cuenta, con el mismo fondo y calado.
     Ay, María Santísima de los Alcores visueño, que mal se nos está poniendo el panorama político. Y me pregunto ¿Tiene arreglo esta farándula? o solo nos queda “ajo y agua”.

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(Continua de ayer)

SEMANA DE TEATRO INFANTIL. EL VISO DEL ALCOR. IV.

3. ESTRUCTURA DEL FESTIVAL
La semana se estructuró en todos los estadios de su evolución en torno a la representación de las obras previamente seleccionadas, por los correspondientes grupos escolares. La semana se inauguraba con la representación de una obra fuera de concurso, y se cerraba con la ceremonia de entrega de galardones y la representación de la obra vencedora. Transcurría durante una semana intermedia del mes de mayo, desde la tarde de un domingo hasta el mediodía del sábado siguiente. La jornada en los días hábiles se estructuraba en tres bandas horarias: de 10,30 a las 14,00 horas por la mañana, con dos secciones de hora y media cada una, destinadas al público escolar; y una tercera banda vespertina, a las 20,00 horas, a la que se sumaba el público adulto. Por lo general, pues, eran tres las obras que se representaban a diario; dependiendo de la duración de las mismas, podían ser incluso más. De este modo, en una semana los alumnos presenciaban dieciséis obras de teatro. No cabe duda de que se trataba de una estrategia muy eficaz para acercar el teatro a toda la población de El Viso, para formar así el gusto teatral y procurar una formación crítica en la población infantil, además de forjar vocaciones puramente teatrales. [Fig. 5] Las representaciones se complementaban con actividades programadas como talleres, que en no pocas ocasiones impartían los mismos maestros especializados, como Bernardo Zots o María del Carmen Ramos Pueyo: de expresión corporal, de títeres, etc. De igual manera se organizaba una exposición de carteles con carácter de concurso, que tenía por objeto seleccionar el cartel anunciador de la próxima convocatoria. [Fig. 6]
Los premios se denominaban “Arlequines”, estatuillas con las que se identificaba el certamen. Además, según las categorías, se concedían copas, placas y dotaciones económicas. El primer certamen premió tres obras, y se concedieron premios también al carácter humanitario, a la dirección, al montaje, a la interpretación de conjunto, al mejor actor, a la mejor actriz y al mejor texto original. Al año siguiente se sumó un premio a los valores andaluces, en plena época de recuperación de signos de identidad política y cultural. El año 1981 se creó otro reconocimiento a la mejor música original, y el siguiente a la expresión corporal. Cuatro años después también se concedieron galardones al mejor vestuario y al mejor decorado, y el año 1986 a la mejor obra de carácter infantil. El año 2001 se amplió nuevamente la nómina de premios al instaurar el Arlequín del público, y el Arlequín a la mejor adaptación dramática. Los premiados eran elegidos de una terna de nominados, por lo que resultaba así que los premios se repartían según todos los ramos de la producción teatral entre prácticamente todos los participantes.
Estos premios los concedían dos jurados que trabajaban coordinados: un jurado infantil, y un jurado de la organización. [Fig. 7 y fig. 8] El jurado infantil lo componían dos representantes por cada uno de los cinco colegios de la localidad de El Viso. El de la organización se componía de tres miembros, donde fue constante la participación de don Clemente Calabuig. Seleccionado por cada jurado el premiado, debían luego deliberar ambos hasta llegar a una decisión de consenso. Cuando el certamen amplió el concurso a los centros de segunda enseñanza hubo de crearse asimismo un jurado juvenil, con dos representantes por los dos institutos de la localidad más tres representantes del Proyecto Ribete de integración juvenil promovido por la Diputación Provincial. El sistema operativo de este nuevo jurado se adaptó al ya existente.
La Semana de Teatro Infantil recibió desde su primera edición un importante apoyo institucional y social. La presencia en la primera edición del certamen del Delegado Provincial de Educación –inexistente aún la administración autonómica– así lo corrobora, como la concurrencia de la corporación municipal y del Ateneo Popular de El Viso. A estos apoyos institucionales se sumó en la tercera edición el de la Diputación Provincial, que aparece en la información periodística de ABC como entidad organizadora. Más adelante fue el Monte de Piedad, con las Cajas de Ahorros de Sevilla, quien se incorporó a la iniciativa. Pero no solo en este nivel de la administración y entidades provinciales recabó el certamen respaldo, sino, lo que parece más significativo, por lo que cuentan sus protagonistas, también en la población visueña, que se entregó en toda la colaboración necesaria para hacer realidad el sueño teatral de sus menores. Sin ese apoyo social la iniciativa no hubiera podido alcanzar el nivel de fenómeno cultural que acabó adoptando. No solo la comunidad escolar de todo el pueblo se sintió vinculada, sino que el compromiso ascendió hasta niveles empresariales, más o menos modestos. Consta el respaldo de la cooperativa de supermercados Ecovol, la Cooperativa de Viviendas Santa María del Alcor y la empresa constructora de José Roldán. Pero no fueron estos los únicos. Será difícil recuperar los nombres de quienes pusieron tanta generosidad en favorecer esta Semana de Teatro Infantil de El Viso del Alcor.


                                                             (continuará mañana)

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