Sábado,
4 de agosto de 2018.
A
292 días...
UN PERDON, UN DISCÚLPENME USTEDES.
CONTRATADOS POR IKEA.
De las cosas más bonitas que existen, el
pedir perdón sin pesar, sin costar trabajo, ocupa uno de los primeros lugares
en el baremo del comportamiento de los bien nacidos.
Hace unos días, sin motivo aparente y sin
esperar cobrar por publicidad gratuita,
les hablaba de los dos grandes negocios de Costa Ballena, Mercadona y la
Farmacia. Y he aquí que cometí el craso error del olvido mayúsculo. No eran dos
si no tres las hijas de... sus respectivas madres. Había y hay una tercera en
discordia, “La Boutique del Pan”, con una muy buena reforma que le ayuda a
merecer el premio de “mina económica ballenera”.
Al cualquier hora de la mañana, de la
tarde o de la noche, ahí está San Antonio abasteciendo de desayunos y tapeos a
muchos “balleneros” o del pan nuestro de cada día. Colas interminables,
eficientes dependientes, aunque algunos o algunas se pasen de “esaboríos” en contadas
ocasiones. Las reformas realizadas en el establecimiento, ¡Ya era hora! Han
llegado en su momento justo, aumentando la clientela y con ello, los empleados
y los pingües beneficios.
Los que no conocen este bonito enclave
sureño, les dará igual que sean tres o treinta las empresas punteras; los que
vivimos los meses de verano aquí, en Costa Ballena, nos alegramos de estos
puntazos económicos, de estas empresas crecientes, de la mejor atención a los consumidores.
Por todo lo anterior, termino como empecé,
pidiendo perdón de nuevo a los señores propietarios de “La Boutique del Pan”,
por mi olvido no intencionado. En cuanto aparezca la cuarta, me veré obligado a
destacarla dentro de este coleccionable de intrascendentes y modestos
comentarios veraniegos.
CONTRATADOS POR IKEA.
La segunda parte del día estuvo ocupada en
el montaje de una cómoda adquirida en
IKEA, cumpliendo, con ello, el contrato imaginario suscrito con la citada empresa que nos convierte en
imaginarios trabajadores de la misma, si queremos usar, como dueños, la cómoda
adquirida.
Bajo la dirección de Ángel, experto en
montaje de artículos de IKEA y bajo un
calor de justicia nos lanzamos a la tarea de cumplir nuestro cometido. Al final
de la jornada se nos sumó otro experto en montaje, José Mari, el Palma que nos
ayudó a superar la “bajona” de los últimos momentos, los difíciles instantes
del acabado con éxito.
No nos libramos de desandar los caminos,
de desmontar piezas para ajustarlas de nuevo. No nos sobró ninguna pieza lo que
constituye un gran triunfo. Sudorosos, meritorios de recibir una buena ducha
sanadora, sentimos el gozo del trabajo en equipo bien hecho.


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