A 329 días…
YA ESTÁN AQUÍ LOS DEL CRUCERO.
Volvieron los del crucero. Todos son elogios, bienaventuranzas,
bendiciones para las novedosas ciudades flotantes en las que, sus miles de
“marineros voluntarios”, glosan con
satisfacción las muchas bondades de su periplo marítimo.
Los nuestros, no encontraron ni un solo “pero” al viaje. Las increíbles,
bonitas y lujosas instalaciones, la variedad de actividades de todo tipo, las
muchas atenciones con los navegantes, el destacado hacer de los muy
profesionales trabajadores del barco, el perfecto funcionamiento de estas
modernas ciudades flotantes, contribuyeron a verse obligados a ponerle una alta
calificación a este tipo de viaje.
Hasta los más pequeños, auténticos y sinceros personajes,
derramaron lágrimas al finalizar el
viaje, olvidando algún que otro pasajero “mareo”.
Ahora, los mayores, a disfrutar con la rememoración de lo vivido por
primera vez, parte insalvable de todo viaje. Su manifiesta alegría es una clara
invitación a la imitación, a que, como ellos, nos embarquemos en una futura
aventura marítima.
La
capacidad humana, cuando uno es joven, no tiene límites. El cansancio de la
travesía, unido al más cansancio de las excursiones en tierra firme, a los viajes en AVE de
inicio y finalización del mismo y el traslado, en autobús, al hogar, no supone
nada a la hora de seguir viviendo, a la hora de tener ganas de asistir a un
concierto en la capital andaluza. En este caso de fortaleza y aguante, nos
referimos a Clemen y Estela que,
premeditadamente, nos pidieron permiso para quedarnos con sus pequeños.
Nosotros, en nuestro papel de generosos abuelos, aceptamos con agrado el “endiosamiento”
nocturno de la pareja de nietos.
Martina y Clemen son encantadores. Les gusta quedarse con nosotros y
nosotros disfrutamos de sus “quedadas”. En esta ocasión recibimos de ellos una satisfactoria y
completa información del “Crucero”, de lo bien que lo han pasado, de aquello
que más les ha gustado, de las experiencias vividas en el barco y de sus
“roles” de marinos. Las muchas fotografías, los comentarios paternos y sus contadas
experiencias, avalan las bondades del mismo.
Durante la tarde, Clemen y Martina, tuvieron la oportunidad de jugar con
Emma, convertida en un gracioso bichito, agotadora de “brazos” e
iniciándose en el arte de andar y corretear.
El complemento lúdico de los pequeños lo
aporta “Kuka”, la querida perra de María.
Tele,
ducha, cena, “table”, más tele y algo de
conversación, completan el espacio ocupacional antes de ir a la cama.
Rosa, incansable abuela, organiza el
programa permitiendo pequeñas relajaciones que ayudan a un mejor estar.
A
la mañana siguiente se madruga poco. Cada uno a su aire va apareciendo por el
familiar escenario para tomar el desayuno.
Los nietos cansan, pero, en pequeñas dosis y revestidos con la
titulación de buenos niños, son la alegría de las casas habitadas por mayores,
son la gracia y las risas de los hogares en vía de agotamiento senil, son los aldabonazos festivos de las viviendas
caducas y, sobre todo, son el amarre
esperanzador con el seguir viviendo.
Nietos nuestros, mantened vivo, vuestros
deseos de quedaros de vez en cuando en nuestra casa.
Posdata:
Hoy y mañana, Alejandra y Diego, juegan sendos partidos de pádel en
Utrera y Alcalá.
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