viernes, 12 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2



 Viernes, 29 de junio de 2018.


A 329 días…
  
YA ESTÁN AQUÍ LOS DEL CRUCERO.

     Volvieron los del crucero. Todos son elogios, bienaventuranzas, bendiciones para las novedosas ciudades flotantes en las que, sus miles de “marineros  voluntarios”, glosan con satisfacción las muchas bondades de su periplo marítimo.

     Los nuestros, no encontraron ni un solo “pero” al viaje. Las increíbles, bonitas y lujosas instalaciones, la variedad de actividades de todo tipo, las muchas atenciones con los navegantes, el destacado hacer de los muy profesionales trabajadores del barco, el perfecto funcionamiento de estas modernas ciudades flotantes, contribuyeron a verse obligados a ponerle una alta calificación a este tipo de viaje.

     Hasta los más pequeños, auténticos y sinceros personajes, derramaron  lágrimas al finalizar el viaje, olvidando algún que otro pasajero “mareo”.

     Ahora, los mayores, a disfrutar con la rememoración de lo vivido por primera vez, parte insalvable de todo viaje. Su manifiesta alegría es una clara invitación a la imitación, a que, como ellos, nos embarquemos en una futura aventura marítima.

     La capacidad humana, cuando uno es joven, no tiene límites. El cansancio de la travesía, unido al más cansancio de las excursiones  en tierra firme, a los viajes en AVE de inicio y finalización del mismo y el traslado, en autobús, al hogar, no supone nada a la hora de seguir viviendo, a la hora de tener ganas de asistir a un concierto en la capital andaluza. En este caso de fortaleza y aguante, nos referimos a Clemen  y Estela que, premeditadamente, nos pidieron permiso para quedarnos con sus pequeños. Nosotros, en nuestro papel de generosos abuelos, aceptamos con agrado el “endiosamiento” nocturno de la pareja de nietos.

     Martina y Clemen son encantadores. Les gusta quedarse con nosotros y nosotros disfrutamos de sus “quedadas”. En esta ocasión  recibimos de ellos una satisfactoria y completa información del “Crucero”, de lo bien que lo han pasado, de aquello que más les ha gustado, de las experiencias vividas en el barco y de sus “roles” de marinos. Las muchas fotografías, los comentarios paternos y sus contadas experiencias, avalan las bondades del mismo.

     Durante la tarde, Clemen y Martina, tuvieron la oportunidad de jugar con Emma, convertida en un gracioso bichito, agotadora de “brazos” e iniciándose  en el arte de andar y corretear. El complemento lúdico de los pequeños lo  aporta “Kuka”, la querida perra de María.

     Tele, ducha, cena, “table”, más tele y algo de  conversación, completan el espacio ocupacional antes de ir a la cama. Rosa, incansable abuela,  organiza el programa permitiendo pequeñas relajaciones que ayudan a un mejor estar.

    A la mañana siguiente se madruga poco. Cada uno a su aire va apareciendo por el familiar escenario para tomar el desayuno.

     Los nietos cansan, pero, en pequeñas dosis y revestidos con la titulación de buenos niños, son la alegría de las casas habitadas por mayores, son la gracia y las risas de los hogares en vía de agotamiento senil, son  los aldabonazos festivos de las viviendas caducas y, sobre todo, son  el amarre esperanzador con el seguir viviendo.

     Nietos nuestros, mantened vivo, vuestros deseos de quedaros de vez en cuando en nuestra casa.

     Posdata:
     Hoy y mañana, Alejandra y Diego, juegan sendos partidos de pádel en Utrera y Alcalá.

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