domingo, 28 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2

Sábado, 22 de septiembre de 2018.
A 243 días… 


ENTRE UNA Y OTRA ESTACIÓN.



Dicen los tiempos de estío,
a puntito de marcharse,
que su hermanito, el otoño,
trae cara de malaje,
que viene bien amohinado,
erizado su pelaje,
con ganas de zaherir
al que se ponga delante,
sea puro e inocente
o sea reo, culpable.

No cavila en dejar hoja,
en las copas de los árboles,
ni desea enamorados,
que se quieran en los parques,
ni líricos, ni poetas,
ni mascotas, ni animales,
que va sobrado de todo,
de vientos y buenos aires,
de gratas temperaturas
y de sueños otoñales.

El otoño nos llegó,
con un cálido equipaje,
con un calor de verano,
que no encuentra quien lo aguante,
algo se pasó, el ladino,
algo se ingenió, el tunante,
para disgustar  al vulgo,
a su padre y a su madre,
y a todos los que moramos,
donde se inventó el hambre,
los frescores, los fresquitos
y el poniente y el levante.

¡Ay, otoñito de mi alma,
no me seas tan malaje!
Que para rendir al tiempo,
hay que ser sabio y amable,
que no valen los cabreos,
ni los peores modales,
ni los cambios caprichosos,
ni el tira siempre “palante”.
¡Otoño de mi entretela,
déjate de ir, comadre,
y sé como siempre has sido,
una estación bien  amable,
con sus cositas de otoño
y sus gracias otoñales.

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Acotación 1: Comida familiar en casa. Menú del día, el arroz del abuelo y los inventos culinarios de la abuela (Siempre abundante, nunca se queda corta) ¿Asistentes? Incierto, como de costumbre,  determinar el número de comensales hasta unos minutos antes de la misma.



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