Domingo, 1 de julio de 2018.
A 327 días…
EL LÍO DE LOS PEQUEÑOS Y AGREGADOS.
Es
una alegría disfrutar de los nietos pero, los mayores ya no estamos hechos,
para tanto trasiego, para tantas subdivisiones, para tantas idas y venidas,
para tanto cambio. Lo único positivo es que, en estos desbarajustes de comidas,
estancias, dormidas y demás, todos son felices y lo pasan, como dirían ellos,
“da bute”. Estos momentos, sin dudas, quedarán grabados para siempre en los álbumes
de sus más queridos recuerdos infantiles.
Llegaron los “marbellís” y empezaron los desajustes. En los
desplazamientos siempre ocurría algún desacople. Yo quiero con…, yo voy con…,
algún que otro mosqueo o pequeño llanto y, al final, soluciones salomónicas
para casi todo. En la comida, yo al lado de…, yo con…, película repetida con
los mismos actores. En la dormida, ídem de lo mismo.
Cinco pequeños son un “regimiento”, si le sumas tres más, se convierte
en un ejército. En los juegos siempre hay algún pequeño incidente; en la bebida
y comida, siempre hay faltas y sobras; a la hora de form grupos, siempre nos
topamos con los problemas de las diferentes edades y los disparejos sexos. En
fin, que resulta difícil manejar a la “troupe” aunque estemos titulados en
padres o abuelos.
De
todas maneras, bendito sean estos encuentros, estos breves reagrupamientos
familiares, y bendita sean las horas en que, cada oveja, vuelve a su redil y,
con ello, la querida señora doña tranquilidad vuelve a reinar en los
particulares cielos de cada uno de nosotros. Sobre todo, para los que ya hemos
gastado bastantes décadas de anualidades temporales.
Y,
sin poderlo remediar, en un corto plazo, echaremos de menos estas “quedadas” y
todas las historias de familia que llevan a cuestas.

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