CANAS DE MI CORAZÓN
Tiene canas mi corazón,
hijas
prematuras,
nacidas
y amamantadas,
en
los albores de luengas jornadas,
con
la nívea escarcha de la frialdad,
con
el blanco marmóreo de los cementerios,
con
la alba inocencia perdida,
con
los insalvables crepúsculos del dolor.
Tiene canas mi corazón,
blancores
áureos,
anuncios,
sin palabras,
proclamas
silenciosas
de
una arrítmica existencia,
de
un deteriorado permanecer inédito,
de
un perentorio acercamiento al más allá,
de
un ineludible asomo a un ocaso ineluctable.
Tiene canas mi corazón,
hilos
de cal viva,
entorchado
albo de la inocencia rescatada,
dibujado
por el tiempo
para
justificar su impertérrita presencia,
para
incitar a la sabiduría,
para
aprender a esperar paciente,
para
ser siempre y, después de todo, blancor caduco.
Tiene canas mi corazón,
opacidad
blanca del existir,
níveas
heridas del estar,
muestrario
albino
de
la tozuda ingratitud,
de
los alocados vientos de la modernidad,
de
la empecinada indiferencia,
del
éxtasis diarreico de la popularidad.
Tiene canas mi corazón,
insalvable
tener,
tiene
canas mi corazón,
de
nada serviría, teñirlas.
Lápiz de color sobre papel.
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