EN HORAS DE TEDIO
Soy
como la rana que croa
en
el estanque de los silencios,
monótona
y petulante,
reina
de la aburrida indiferencia,
tediosa
concertista.
Y no sé como convertirme en otra cosa,
y
no sé dónde comprar un milagro
que
me libere de mi aburrimiento,
de
mi empalagoso hacer
de
grotesca criatura
que
se ha perdido en la cruel reiteración.
En el agua verdosa de verde verdina,
dibujo
mis pobres poemas,
con
mohos de ingenuidades
y
pátinas de atrevimientos.
Al aire pestilente de la incultura
cotidiana,
lanzo
mis menesterosas rimas,
vestidas
de candores e idealismos,
manchadas
de sumas osadías.
A los mares de aguas marginadas
mando
a navegar mis palabras,
ornadas
de inventadas llanezas
y
locas temeridades.
Y mis tiempos se pierden,
y
gastos mis concedidas horas,
y
consumo mis millonarios instantes
y,
en ello, le pregunto a mi yo:
¿Hacia
dónde camino, sumiso y conformista?
¿Qué
habrá detrás de esta regalada nada?
Y
callo, cuan palurdo aturdido,
y
miro, sin ver,
y
pienso, sin pensar,
y
un mastodóntico cansancio
cae,
loza pesada, sobre mi estar,
empequeñeciendo
mi existir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario