17   .-   UN LIBRO DE POESÍAS: ROMANCE DE UN FELIZ HALLAZGO 
        La reparadora ducha,
bálsamo en cansado cuerpo,
me separó de aquel libro,
hallado en el basurero,
durante un breve periodo
de los relojes del tiempo.
Los poros de la bolsita
o algún oculto agujero
dejaron que se escaparan
efluvios de estercolero,
crecidos en rededor
de aquel vetusto perchero
situado frente a la puerta,
junto al nuevo paragüero.
bálsamo en cansado cuerpo,
me separó de aquel libro,
hallado en el basurero,
durante un breve periodo
de los relojes del tiempo.
Los poros de la bolsita
o algún oculto agujero
dejaron que se escaparan
efluvios de estercolero,
crecidos en rededor
de aquel vetusto perchero
situado frente a la puerta,
junto al nuevo paragüero.
con demasiado respeto,
no fuera a ser que al sacarlo,
no fuera a ser que al cogerlo,
sus hojas se marchitaran,
se quebrara entre mis dedos,
como se quiebra lo cálido
cuando le da el aire fresco.
Título semiborrado
sobre una pasta de cuero
raída por el abandono
del que antes fuera su dueño.
Unas letras salteadas,
piezas de acertijo nuevo,
impresas sobre su cara
llena de lunares negros.
no fuera a ser que al sacarlo,
no fuera a ser que al cogerlo,
sus hojas se marchitaran,
se quebrara entre mis dedos,
como se quiebra lo cálido
cuando le da el aire fresco.
Título semiborrado
sobre una pasta de cuero
raída por el abandono
del que antes fuera su dueño.
Unas letras salteadas,
piezas de acertijo nuevo,
impresas sobre su cara
llena de lunares negros.
el exterior de su cuerpo
que, a pesar del deterioro,
conservaba algo de apresto.
Parte de su suciedad
se borró sin gran esfuerzo;
otra, algo más reticente,
se mantuvo resistiendo,
con estoico conformismo,
a los productos modernos
usados en la limpieza
de cualquier manchado objeto.
que, a pesar del deterioro,
conservaba algo de apresto.
Parte de su suciedad
se borró sin gran esfuerzo;
otra, algo más reticente,
se mantuvo resistiendo,
con estoico conformismo,
a los productos modernos
usados en la limpieza
de cualquier manchado objeto.
pasé a limpiar sus adentros.
Despegué hoja por hoja,
de leer no era el momento,
fui limpiando una por una
con aires de flojo viento
que, un buen secador de mano.
me dejó en ese momento.
Despegué hoja por hoja,
de leer no era el momento,
fui limpiando una por una
con aires de flojo viento
que, un buen secador de mano.
me dejó en ese momento.
                                                El Viso del Alcor, 3 de Noviembre de 2025
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