6 .- TORMENTA ( II )
Rayos de afilados dientes,
encienden el firmamento,
con finos hilos de plata,
jugando a ser pregoneros,
en la fiera madrugada,
de gritos roncos de truenos.
encienden el firmamento,
con finos hilos de plata,
jugando a ser pregoneros,
en la fiera madrugada,
de gritos roncos de truenos.
se refugia entre los cerros,
ocultos en los confines
del oscuro firmamento,
temerosa de ser rota,
en ciega noche de averno.
ocultos en los confines
del oscuro firmamento,
temerosa de ser rota,
en ciega noche de averno.
la tormenta desde lejos,
no quiere sufrir daños,
de ningún rayo travieso
que, jugando inoportuno,
le dañe su áureo cuerpo.
El Alcor, paciente sufre,
el macabro y ruin concierto,
de calaveras de azufre,
de espadas de roncos truenos
y de torrenteras de aguas,
venidos del negro cielo.
no quiere sufrir daños,
de ningún rayo travieso
que, jugando inoportuno,
le dañe su áureo cuerpo.
El Alcor, paciente sufre,
el macabro y ruin concierto,
de calaveras de azufre,
de espadas de roncos truenos
y de torrenteras de aguas,
venidos del negro cielo.
de su recio parlamento,
se despide del Alcor
con su cansino andar lento,
dejando miles rodadas
de miedos y sufrimientos.
se despide del Alcor
con su cansino andar lento,
dejando miles rodadas
de miedos y sufrimientos.
devuelve almas a los cuerpos.
Con blanca resignación
se inicia el triste recuento,
notario frío al contar,
lágrimas de todo un pueblo,
y así, poder reclamar,
al cielo, tantos entuertos.
Con blanca resignación
se inicia el triste recuento,
notario frío al contar,
lágrimas de todo un pueblo,
y así, poder reclamar,
al cielo, tantos entuertos.
El Viso del Alcor, 18 de Noviembre de 2025
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