ROMANCERO DEL POETA

10   .-   NO PRETENDO SER POETA

        Aunque romances yo escriba,
no pretendo ser poeta.
Sólo quiero caminar
por desconocidas sendas
y acercarme de puntillas
al árbol de la belleza,
donde el verbo se engrandece
y las palabras se elevan,
donde la fantasía abre
veneros de ideas frescas
y la libertad respira
aires de suma pureza.

        Aunque romances yo escriba,

no pretendo ser poeta.
Unas gotas de lo dicho
es mi grata recompensa.
        Si poesía yo escribo,
no pretendo ser poeta.
Sólo quisiera entender
por qué el hombre en su torpeza,
con atrevidas zancadas,
de la cultura se aleja,
huyendo de la lectura,
descuidando sus maneras
al escribir por placer,
al hablar de cosas bellas.
Y vegeta por la vida
ignorando los poemas.

        Si poesía yo escribo,

no pretendo ser poeta.
Unas gotas de cordura
serían mi recompensa.
        Aunque amo la poesía,
no pretendo ser poeta.
Sólo quisiera envolver
con tules, gasas y sedas
tesoros de grato verbo,
para regalo sorpresa,
y esperar con impaciencia,
con expectación extrema,
que algún receptor humano
con placer lo recibiera
y se quedara prendado
de versos y rimas nuevas.

        Aunque amo la poesía,

no pretendo ser poeta.
Unos plácemes sinceros
serían mi recompensa.
        Si poesía yo leo,
no pretendo ser poeta.
Sólo quisiera encontrar
en confines de la Tierra
libros de justas palabras,
enjambres en bibliotecas,
lectores comprometidos
con las lecturas selectas,
bebiendo con sumo agrado
el aroma y rico néctar
de unas jugosas palabras,
piel de sonoros poemas.

        Si poesía yo leo,

no pretendo ser poeta.
Unos racimos de libros
serían mi recompensa.

                                            El Viso del Alcor, 12 de Octubre de 2025