La encontré en mi móvil esta mañana y creo que es interesante publicarla en este nuestro rinconcito habitual.
"Hola, mama:
Gracias por ser mi fuerza cuando yo no la tenía, mi apoyo en los días difíciles y mi alegría en los momentos buenos. Eres más que mi madre; eres mi hogar, mi ejemplo y la persona que más amo en el mundo.
Mamá, si alguien me preguntara que significa la palabra fortaleza, no dudaría en responder: tú. Porque a lo largo de estos años, en cada una de mis once operaciones, en cada lágrima, en cada miedo, en cada momento difícil..., siempre estuviste tú. A veces sin dormir, a veces escondiendo tus propias lágrimas para que yo no te viera triste, siempre con esa sonrisa que me hacía sentir que todo iba a estar bien.
Te juro que no sé cómo los haces. Cómo encuentras fuerzas incluso cuando la vida parece ponerse de cabeza. Cómo logras que tus abrazos curen y que tus palabras calmen. Cómo logras que, incluso en mis peores días, yo sienta que todo tiene sentido sólo porque tú estás ahí.
Has sido mi enfermera sin título, mi psicóloga sin diploma, mi guardiana de sueños... Has estado en cada operación, en cada recuperación, en cada pasito que he dado para volver a levantarme. Y no sólo me has cuidado, mamá, me has enseñado a ser valiente.
Tú me enseñaste que las cicatrices no son señales de dolor, sino medallas de guerra, recuerdos de todo lo que fui capaz de superar. Que los obstáculos no me definen, sino la manera en que los enfrento. Y cada vez que me miro al espejo y veo mis marcas, también te veo a ti, mamá..., porque cada una de ellas lleva un pedacito de tu fuerza, de tu amor y de tu esperanza.
A veces pienso que Dios me dio una madre como tú porque sabía que iba a necesitar un ángel especial, uno que me cuidara aquí en la tierra. Y te prometo que cada vez que me sentía débil, tú aparecías con esa mirada que lo dice todo: "vas a poder". Y tenía razón, siempre pude porque tú estabas conmigo.
Gracias por tus noches sin dormir, por tus "te amo" a media madrugada y por cada vez que me dijiste que estaba bien llorar, pero que también había que sonreír. Gracias por no rendirte nunca, ni conmigo, ni con la vida.
Quiero que sepas que te admiro más de lo que puedo expresar con palabras. Que no hay nadie en este mundo que me inspire tanto como tú. Que si algún día llego a ser la mitad de la mujer que eres, ya me daré por feliz.
Eres mi ejemplo, mi refugio, mi fuerza y no importa cuántos años pasen ni lo que la vida traiga, siempre voy a necesitarte, siempre voy a quererte y siempre voy a agradecerte por haber sido mi luz en los días oscuros.
Que la vida te devuelva todo el amor que me das multiplicado por mil. Que sigas sonriendo con esa sonrisa que ilumina todo. Y que sigamos caminando juntas, riéndonos de todo, soñando a lo grande y celebrando cada victoria por peque que sea.
Porque si algo he aprendido, mamá, es que la felicidad se parece mucho a ti."
El Viso del Alcor, 26 de Octubre de 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario