Sin embargo, aquellas cuerdas
solitas suben y bajan,
sin que ningún ser las mueva
haciendo sonar las campanas.
La gente se arremolina
a estas horas tan extrañas
en torno a la iglesia misma
por causa de tal llamada.
Desde el atrio de aquel templo
al bajo vuelven su mirada
y todos ven a lo lejos
como las luces avanzan.
Al llegar junto a la fuente
procesión de luz se apaga,
el silencio se hace fuerte
y la noche mucho espanta.
Aromas mágicas suben
desde la oscura llanada
y todo el ambiente cubre
de ilusiones que son vastas.
Tras la más incierta espera
en que se habla en voz bien baja,
de pronto trompetas suenan
y todo el mundo temblaba.
Junto a la fuente del Gato
ciento de luces estallan,
formando grácil mosaico
alrededor de gran carpa.
Ninguno quiere creer
lo que ve en la explanada,
al contemplar otra vez
como circo se levanta.
Se trata del mismo circo
que a los niños se llevara,
todo fue visto y no visto,
el pueblo pide venganza.
Con furia mal contenida
hacia la fuente se lanza,
se abrió de nuevo la herida,
justicia la gente clama.
En la mitad del camino
con otros se dan de cara,
arrecian mucho los gritos,
que al grupito no amilana.
Cecilín con voz bien recia
al pueblo invita a la calma,
a los extraños se acerca
y a su adelantado abraza.
Costa Ballena, 5 de Septiembre de 2025
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