EL LADRÓN COLECCIONISTA DE SOMBRAS ( 1 )
En calle estrecha y sombría,
en su sótano más bajo,
contaban que residía
un ser de lo más extraño.
cuál era el suyo trabajo,
que actividad ejercía
ser tan tétrico y huraño.
A deshoras se le veía
entrar allí cargado
o salir con mucha prisa,
siempre bastante abrigado.
Luenga y cana barba tenía,
ojos de bicho bien raro,
nariz que sobresalía
en su rostro asaz macabro.
La cabeza se cubría
con sombrero desgarbado,
desde donde le vertía
su cabello lacio y largo.
la mar de desarrapado
y entre andrajos escondía
una multitud de sacos.
Para la chiquillería
despertaba gran espanto
y al verle siempre corrían
buscando refugio claro.
Los adultos, empero, veían
que sólo era un mucho raro,
pues nadie con él se metía
y trataban de ignorarlo.
Hasta que llega un mal día
en que encuentran asustado
a un pequeño que decía
que sin sombra se ha quedado.
a los que le están rodeando,
pues este sombra no tenía
porque se la habían robado.
Eso no puede ser, creían
los que estaban a su lado;
sin embargo, nadie veía
la sombra de aquel muchacho.
La buscan por las esquinas
y por los cuatro costados.
¿Se iría por la alcantarilla?
El niño sigue llorando.
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