Cuando llega la función
ninguno se queda en casa,
con ropa de lo mejor
hacia la explanada baja.
Son tan pocos habitantes
y son tan grandes las gradas
que ni la décima parte
parecen estar ocupadas.
La función se desarrolla
como un sueño que regalan,
no vieron en su vida toda
algo que se le igualara.
Al volver a sus hogares
a alta hora de madrugada,
de su asombro nadie sale
por tal ventura bien grata.
Cansados del ajetreo
buscan sin tardar la cama,
para emprender otros sueños
que a los vistos se juntaran.
Despiértase un nuevo día
sin que suenen las campanas,
aunque es domingo. Lucía
baja a la fuente por agua.
La vieja que es medio ciega
por enormes cataratas,
con rutina al lugar llega
con su cacharro de lata.
De repente se da cuenta
que allí ya no queda nada,
que el circo no era de veras,
que en sueño todo quedaba.
Cargada con su agua fresca
sube lenta la empinada,
viendo al final de la cuesta
a la gente alborotada.
Costa Ballena, 24 de Agosto de 2025
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