Cuando la menuda tropa
se entera de su llegada,
en cuanto el recreo toca
de las escuelas se escapa.
Como las cabras montesas
las pendientes ellos bajan
para contemplar de cerca
como el circo se levanta.
El maestrillo de escuela
con suave voz los reclama,
bajando con más cautela
en excursión impensada.
Quiere estar con sus niños
en jornada señalada,
pues nunca allí llegó un circo
y celebra la escapada.
Desde arriba se divisa,
cuando su montaje acaba,
después de no poca prisa,
como la más grande diana.
Ninguno da pie con bola
con esta rara arribada,
hasta el cura con su tola
su liturgia la retrasa.
El alcalde del lugar
fumando puro se ufana
y el alguacil principal
pregona con voz bien clara.
Que el circo estará en la villa
todo aquel fin de semana,
que se aproveche la cita
para conseguir entrada.
El desfile se celebra
el sábado por la mañana,
todo el pueblo lo contempla
al pasar por su calle Ancha.
La gente menuda grita,
es la que mejor lo pasa
y es tan enorme su dicha
que de aplaudir no se cansa.
Costa Ballena, 23 de Agosto de 2025
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