Cecilio no salió a la calle aquella mañana hasta que desapareció la niebla. Cuando esto ocurrió y vio de nuevo la casa de su amigo, sus ojos brillaron de alegría. Recordó el último consejo que le había dado su madre y corrió hacia la escuela. Subió las escaleras y sin pedir permiso penetró en aquella.
Su entrada, primero causó sorpresa; luego, risas.
¿Qué se te ha perdido hoy por aquí, Cecilio, a estas horas? -le preguntó la maestra sin perder su sonrisa.
Nada -contestó todo serio.
Entonces, -siguió hablando con el mismo agrado la joven, aunque la entrada inesperada de Cecilio había roto la rutina de la clase- es que piensas desde hoy quedarte aquí con nosotros.
Cecilio movió la cabeza en sentido negativo.
¿Se puede saber qué quieres?
El pequeño miró de nuevo a los trece alumnos y por último a la maestra, a la que preguntó en esta ocasión con una cierta timidez.
Señorita, -deteniéndose y mirando de nuevo a los niños- ¿qué es la niebla?
No faltaron más risas en la clase.
La niebla es...-pensó un momento la maestra ante lo inesperado de la pregunta- La niebla es una nube que se pone en contacto con la tierra y oscurece más o menos la atmósfera, borrando aparentemente lo que nos rodea. ¿Satisfecha tu curiosidad, criatura?
Costa Ballena, 16 de Agosto de 2025
No hay comentarios:
Publicar un comentario