CUENTOS NUEVOS DE NUEVOS ABUEÑOS

LA CARMELA, MEDIA MEIGA, Y SUS TRES RAPACIÑOS: GALA, ENZO Y BELTRÁN

(XVIII)  Los caballeros de la Orden de Santiago vienen a buscar en la Posada Tortuga Ciega a los tres pequeños, pagando su rescate a los filibusteros.

        La presencia de estos hombres
transforma pronto la escena,
aquellos que estaban ebrios
en un plisplas se despejan,
deseando entregar los niños
a cambio de recompensa.
        Reunidos en un rincón
un momento parlamentan,
Carmela con inquietud
todo lo que ocurre observa.
        ¿Qué tramarán los tunantes
que forman aquella asamblea?
        Aunque lo que le preocupa
es saber dónde se encuentran
aquellos tres pequeñajos
que alegría le devolvieran,
quiénes fueron los malditos
que su casa destruyeran
y si algo tienen que ver
estas gentes de novelas
con el rapto de los niños
y a quiénes se los entregan…
        Para enterarse mejor
de lo que allí se cociera,
traspasa aquella cortina
y ocupa cercana mesa,
con una jarra de vino
y guiso de carne vieja,

con una hogaza de pan

tan dura como la piedra,
y el corazón se le salta
cuando en voz baja pidiera
el hombre de cruz en pecho
que la mercancía le dieran;
mandando el jefe del grupo,
no sin antes ver la “tela”
que el personaje más noble
con parca mueca le muestra,
sacando algunos doblones
de bolsa de ellos repleta,
al más vil de sus secuaces
a que la misma trajera.

        El silencio se acentúa

porque alárgase la espera,
todos se ponen en guardia
por voces que hasta ellos llegan
que proceden del lugar
donde los cuartos se encuentran;
de pronto el enviado baja
a trancos las escaleras,
con su rostro demudado,
lo que enciende las alertas,
que se aumentarán al ver
como por aquella rueda,
el cuerpo malherido
del que vigilaba la puerta.

                                           El Viso del Alcor, 17 de Junio de 2025