CUENTOS NUEVOS DE NUEVOS ABUELOS

LA CARMELA, MEDIO MEIGA, Y SUS TRES RAPACIÑOS: GALA, ENZO Y BELTRÁN

(XIX)  Los bandidos descubren la huida de los pequeños y cuando quieren emprender su búsqueda les sorprenden las huestes del Rey.

        Todos los filibusteros
al compañero se acercan,
reclamándole a la vez
que explicaciones les diera,
más el caballero de negro
y la suya noble pareja,
que todo lo que sucede
lo observan con extrañeza,
poco a poco y en silencio
hacia la puerta se alejan,
pues los tres creen que se trata
de una burda estratagema.
        La Carmela, que es muy bruja,
el alboroto aprovecha
para seguirle los pasos
sin que ellos se dieran cuenta;
al llegar al exterior
observa con gran sorpresa
que una docena de soldados
armados hasta las cejas,
con igual cruz de Santiago
luciendo en sus pecheras,
sobre corceles ligeros
muy bien prestos les esperan.
        El caballero de negro
al que Majestad dijeran,
lo que deja muy aturdida
a la bruja que lo oyera,
antes de emprender su marcha
a ellos terrible orden diera,
que sin ningún miramiento
arrasaran la taberna,
dando muerte sin piedad
a gentuza tan plebeya
que al rey engañar quisieron
con artes más que perversas.

        Carmela anda confundida,

de su asombro no sale ella,
que pinta el ínclito rey
en esta absurda historieta.
        Parte de la comitiva,
con el rey en la cabecera,
de aquella Tortuga Ciega,
con buen galope se aleja.
        Regresando a los bandidos,
que locos suben escalera,
cuando llegan al cuartucho
donde a los niños encierran,
atropellándose todos
como fieras, en él entran,
viendo que la habitación
está del todo desierta
y que sobre el sucio suelo
un montón de cuerdas queda.

        Cúlpanse los unos a otros

y es terrible la refriega,
hasta que el jefe descubre
que está la ventana abierta
y empujando las dos hojas
camino de la huida observa,
ordenando a sus secuaces
seguirlos por la vereda,
que no caminarán lejos
por ser bien cortas sus piernas.

                                        El Viso del Alcor, 18 de Junio de 2025