LA CARMELA, MEDIO MEIGA, Y SUS TRES RAPACIÑOS: GALA, ENZO Y BELTRÁN
(XVI) Los pequeños consiguen escapar.
Andando bien despacito
y con sus manos sujetas,
marchan hacia el rincón
donde la escalera está puesta;
el primero en descender,
sin que ningún miedo tenga,
es el bueno de Enzo, que
está feliz con sus ideas.
y con sus manos sujetas,
marchan hacia el rincón
donde la escalera está puesta;
el primero en descender,
sin que ningún miedo tenga,
es el bueno de Enzo, que
está feliz con sus ideas.
el
pequeño de la terna.
Gala sobre sus espaldas,
como si a caballo fuera,
lo monta como otras veces
y mucho le recomienda
que a su cuello se agarrase
con la mayor de sus fuerzas,
que para nada se suelte
hasta que abajo se viera,
así ganarán el juego
y nadie pagará prenda.
Gala sobre sus espaldas,
como si a caballo fuera,
lo monta como otras veces
y mucho le recomienda
que a su cuello se agarrase
con la mayor de sus fuerzas,
que para nada se suelte
hasta que abajo se viera,
así ganarán el juego
y nadie pagará prenda.
Gala baja con cuidado,
bien
despacio, la escalera
y cuando se ve en el suelo
como si nunca se vieran.
Pasado emotivo instante,
Enzo, que todo lo piensa,
siguiendo aparente juego
y hablándoles con sus señas
invita a sus dos hermanos
a salir de aquella venta,
agarrados de sus manos
escapan por la vereda,
sin hacer el menor ruido
para que nadie los detenga.
y cuando se ve en el suelo
bajando
a Beltrán, lo besa,
abrazándose
los trescomo si nunca se vieran.
Pasado emotivo instante,
Enzo, que todo lo piensa,
siguiendo aparente juego
y hablándoles con sus señas
invita a sus dos hermanos
a salir de aquella venta,
agarrados de sus manos
escapan por la vereda,
sin hacer el menor ruido
para que nadie los detenga.
El Viso del Alcor, 15 de Junio de 2025
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