LA CARMELA, MEDIO MEIGA, Y SUS TRES RAPACIÑOS: GALA, ENZO Y BELTRÁN
(XIV) Continúa la escapada de los rapaciños.
Cuando Enzo libre quedó
a Beltrán quita las cuerdas,
abrazándole bien fuerte,
mientras su hermana protesta,
también quiere libre estar
y tener sus piernas sueltas,
obligando al suyo hermano
que su petición atienda,
que se pone de rodillas
y con prisas la libera,
fundiéndose los niños
en apretada juntera.
Mientras Gala a Beltrán frota
sus manitas y sus piernas
que le duelen un poquito
por causa de rudas cuerdas,
súbese Enzo en vieja silla
y abrir la ventana intenta,
cosa que pronto consigue
por maña y no por su fuerza,
viendo que da a cobertizo
con techumbre de madera
y le alegra contemplar
en rincón una escalera,
pudiendo ver que un camino
a espesa arboleda lleva,
detalles tan sugerentes
que mézclanse en su cabeza,
y que le van conformando
cuál será la suya treta
para escapar del lugar
sin nadie que se dé cuenta.
a Beltrán quita las cuerdas,
abrazándole bien fuerte,
mientras su hermana protesta,
también quiere libre estar
y tener sus piernas sueltas,
obligando al suyo hermano
que su petición atienda,
que se pone de rodillas
y con prisas la libera,
fundiéndose los niños
en apretada juntera.
Mientras Gala a Beltrán frota
sus manitas y sus piernas
que le duelen un poquito
por causa de rudas cuerdas,
súbese Enzo en vieja silla
y abrir la ventana intenta,
cosa que pronto consigue
por maña y no por su fuerza,
viendo que da a cobertizo
con techumbre de madera
y le alegra contemplar
en rincón una escalera,
pudiendo ver que un camino
a espesa arboleda lleva,
detalles tan sugerentes
que mézclanse en su cabeza,
y que le van conformando
cuál será la suya treta
para escapar del lugar
sin nadie que se dé cuenta.
a
su Beltrán, no se entera
que Enzo saltó sin pensarlo
al cobertizo de fuera
y cuando hablar con él quiere
en el cuarto no se encuentra,
quedándose sin palabras
con su tez color de cera
y nadie imaginar puede
la sorpresa que se lleva
al ver su hermano que asoma
su cabeza desde fuera,
diciéndole que se calle
y que a la ventana venga.
que Enzo saltó sin pensarlo
al cobertizo de fuera
y cuando hablar con él quiere
en el cuarto no se encuentra,
quedándose sin palabras
con su tez color de cera
y nadie imaginar puede
la sorpresa que se lleva
al ver su hermano que asoma
su cabeza desde fuera,
diciéndole que se calle
y que a la ventana venga.
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