viernes, 23 de mayo de 2025

CUENTOS NUEVOS DE NUEVOS ABUELOS


NÁQUERA    (VIII)

              Cuando vino a darse cuenta
estaba en caja de habanos,
silencioso, muy enojado,
aunque algo estaba tramando,
pues aquel pequeño bicho
despide un misterioso halo.


          Por mi parte yo regreso
con idéntico cuidado,
para que nadie sospeche
y me tache de chiflado,
a la grata habitación
que Pura me hubo asignado,
colocando en la mesilla
la caja con el cazado,
poniendo sobre la misma
el primer libro encontrado,
un misal con filos rojos
y con letras en dorado
en el lomo envejecido
de tanto ser manoseado,
con el fin de que no escape
aquel grillo tan malvado
y que nada más despierte
a Pura será entregado
para que hiciera con él
lo que tuviera pensado
y que penara el grillito
castigo tan bien ganado.
         A pesar del gran calor,
después de mi buen trabajo,
me quede pronto dormido,
habiendo todo olvidado.
         En la mañana siguiente,
tras desayuno gozado,
reanudé actividad de
detective improvisado,
arrojándome a la búsqueda
del camaleón engañado
por aquel grillo perverso
que estaba preso en mi cuarto
y que nadie lo había visto
desde inicios del verano.
         Un amigo de la casa
me prestó buenos prismáticos,
monté cuartel general
en la solana del ático,
que contemplar me permite
rincones insospechados,
en especial de los pinos
que a la casa están cercanos,
donde creo que se refugia,
con presentimiento claro,
aquel camaleón bien tímido
que arduamente ando buscando.


          Apostando los gemelos
con la mira a ningún lado,
como si milagro fuera
me llevo gran sobresalto,
un enorme camaleón
de reojo me está mirando,
es tan grande el animal
y lo encuentro tan cercano
que pretendo retirarlo
dándole un buen manotazo,
lo que me obliga a su búsqueda
por ser bien torpe y novato.
movimiento que me lleva
a ya no tenerlo enfocado,
y el que pasara un buen rato
sin éxito en la mía tarea.
    
    
                                            El Viso del Alcor, 23 de Mayo de 2025


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