¡ BUENOS DÍAS, MARCELA ! ( II )
( Mi reflexión de hoy es pura broma )
¡ Qué rabia, mira que no poder estar en la puerta del Hotel Colón ! Ya que de otro hotel de Sevilla no podía salir el torero, nada más que de éste, cercano a su Maestranza.
¡ Qué no, Marcela, qué no, qué ya está bien de tentaciones ! Con el lío que se ha armado con Pinochet y yo perdiendo el tiempo con enlaces matrimoniales que ni me van ni me vienen...
¡ Ozú, qué bien me ha quedado esto último !
Y es que Garzón no para, es como los árbitros de fútbol que no me gustan, no porque lo hagan mal; sino porque no pueden pasar desapercibidos. Menuda ha liado nuestro Juez. En Chile andan a golpes los que padecieron la existencia del dictador, que no fueron pocos, con los que le defienden; cosa que no entiendo, sobre todo en gente joven, como si no conocieran o no quisieran reconocer sus atrocidades. Mientras tanto, desgraciadamente, surgen voces, afortunadamente pocas, en favor del dictador; las mismas de siempre, cosa que tampoco comprendo. Incluso algunas, lo que me resulta más triste, proviniendo de las alturas y de personas relacionadas con el demandante en cuanto a lo profesional, no a lo afectivo, por supuesto.
Personas que no se quieren, claro está, como la hija de doña Cayetana y el hijo de la Carmen de Ronda. ¡Qué bonito!, también me ha quedado esto, ¿verdad?
Y yo aquí, hablando por teléfono ahora, en lugar de coger el coche para poder irme a Sevilla, para coger un huequecito de la Catedral o en sus afueras, y quedar prendado de la elegancia, del porte, del colorido, de la importancia de los invitados al magno acontecimiento de la Sevilla, la que dicen y con razón que tiene un color especial.
Nada, que no consigo quitármela de la cabeza. Y es que lo mío comienza a ser algo patológico, obsesivo.
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